La suerte del campeón (24/03/2006)

Para empezar con las patadas que a diario le damos al diccionario cuando nos vemos abrumados por la imposibilidad de explicar cosas que no llegamos a comprender de forma exacta, trataré el tema de la suerte. Sé que me arriesgo con esto a tirar por tierra el título de esta entrada ante los goles de rebote de Deco de las primeras jornadas, pero aún así creo que merecerá la pena intentarlo.

Si he de ser sincero, no creo en la suerte; no creo que la suerte exista. Normalmente la gente emplea la palabra suerte para designar los sucesos que pasan porque sí, los que ocurren de improviso, los que ocurren sin tener una explicación lógica, los que supuestamente no volverán a ocurrir en un gran período de tiempo… Pero, ¿hasta dónde se está en lo cierto cuando se dice eso?

  1. La suerte, según la Real Academia Española (R.A.E.), es una concatenación (enlace, cadena, serie) de acontecimientos con carácter fortuito (imprevisto).
  2. Fortuna, es suerte.
  3. Azar, es casualidad.
  4. Casualidad es conjunto de circunstancias imprevisibles que determinan un hecho.
  5. Chiripa es casualidad favorable.
  6. Y eventualidad, que no es seguro.
  7. Y sinónimos de casualidad son azar, eventualidad, suerte, chiripa, ilógico, inverosímil, inadmisible, inimaginable, increíble, improbable.
  8. Algo increíble es algo que no se puede creer, algo que no se puede tener como cierto si no se demuestra; y algo improbable es algo que no se puede probar o demostrar, algo inverosímil; y una cosa inverosímil es una cosa que no tiene apariencia de verdad.

¿Qué conclusión se obtienen de todas estas definiciones? Que la suerte es algo que no se puede creer, no se puede probar y no tiene apariencia de verdad. Es decir, no existe.

Vayamos ahora a las supersticiones. Personalmente, no me importa cruzarme con un gato negro, o con dos; no me preocupo si dejo las tijeras abiertas sobre la mesa; no se me ha roto nunca un espejo, creo que no soy tan feo aunque todo va a gustos; como soy bastante descuidado he derramado alguna vez la sal; he pasado por debajo de una escalera más de una vez aunque en la medida de lo posible lo evito por si me cae algo encima; 13 viernes o 13 martes siguen siendo dos días de 24 horas; no me importa si la gente me mira mal y bueno, he cruzado los dedos y tocado madera, aunque tampoco me ha servido de mucho. Yo veo dos problemas con las supersticiones. O tres. El primero es que no creo que una acción de ese calibre pueda intervenir en el destino de alguna u otra forma. Si te tiene que atropellar un coche, lo mismo da que se te cruce un gato negro que fucsia. Lo que te mata es el coche… Lo segundo es que yo no creo en la suerte, y lo tercero, y lo más importante, es que pienso que la suerte no existe (la R.A.E. ratifica esta afirmación como ha quedado demostrado más arriba, y esa no es una organización cualquiera…). Así que, no hay lugar para la superstición (que por otro lado significa Creencia en influencias extrañas, y no explicables por la razón, sobre las cosas, y que la suerte tampoco se puede explicar por la razón).

Pero aún es posible llegar más lejos. Aún es posible distinguir entre la buena suerte y la mala suerte (y eso que, a priori, soy incapaz de distinguir entre lo bueno y lo malo de una cosa que no existe). Supongo que cuando nos referimos (yo también lo hago, no me veo como un Neo navegando en Matrix contracorriente, cual salmón en el río) a la mala suerte es para algo malo, y cuando lo hacemos con suerte (a secas) es para lo bueno. Esto de primeras, es algo que desde el punto de vista léxico es 100% incorrecto. La suerte lo engloba todo, la buena y la mala. No podemos referirnos a la suerte como algo positivo. ¿Acaso una moto es una moto mejor de lo normal? Por supuesto que no. Una moto mejor de lo normal es una buena moto. ¿Por qué no se hace lo mismo con la suerte? ¿Por qué no se llama buena suerte a la suerte para algo positivo y mala suerte a la suerte para algo negativo? Si aceptamos que la suerte puede tener un adjetivo negativo, también puede y debe tenerlo positivo. Y con ello aceptamos que el positivo sea el contrario de lo negativo. Cuestión de opuestos. Por tanto, la ausencia de adjetivo no es opuesto de nada, es un elemento neutro. La suerte, es eso, suerte sin más. Esto es parte del razonamiento del filósofo que dice que todo existe porque tiene opuestos. Aunque en este caso, si la suerte no existe, no se podrá hablar en ningún caso de buena suerte ni de mala suerte.

Un aspecto rutinario en el que empleamos el término suerte (positivamente hablando) es cuando a alguien le toca la lotería. Pero, ¿qué hay de suerte en ello? Por ejemplo, si sale el número 47, que es el que le falta a alguien para obtener 6 en la primitiva, ¿eso ha sido suerte? Yo diría que no. El 47 ha salido por factores matemáticos y puramente científicos. Para empezar, hay 5 números menos en el bombo, factor importante que hace que no salgan ellos en vez del 47. Cuestión de estadística. Por otro lado, la fuerza de caída, de rebote, de empuje entre las bolas y el número de vueltas que dan son otros factores determinantes que hacen que en la parte superior del bombo se encuentre la bola 3, que ésta golpee a la 5 ejerciendo una fuerza sobre la 18 tal que haga empujar a la 49 de forma que le dé a la 15… Y así un etcétera hasta llegar a la bola más próxima a la 47, que por las fuerzas ejercidas empuja a ésta de forma que sea la que caiga en la cajita donde sólo cabe una bola y por la cual baja a reunirse con las otras cinco. Pero, francamente, ¿es más fácil esto o simplemente decir que ha sido suerte?

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Bjr: Yo me reafirmo en mi idea del karma… podrías ver la serie de la que saqué la idea, My name is Earl (Mi nombre es Earl se va a llamar en España) pero claro, la emite La Sexta… jejejeje

No me tires las cartas que me conozco (23/03/2006)

Gran mundo el de los adivinadores y tiradores de cartas de varios. Me sorprende que haya gente que crea que todas esas personas tienen algún tipo de poder como dicen que tienen para ver las cosas que le van a ocurrir (o interpretarlo) a cualquiera. Porque otra cosa es que la mayoría dicen las cosas que quieres oír, pero para eso vale cualquier persona sin que tengas que pagar, eso es fácil hacerlo.

Por otra parte, pueden acertar un poco (todo el mundo puede tener suerte), pero dudo que lo hagan en todo. Pero, ¿acaso no es eso normal? De todas las cosas que dicen, alguna tiene que ser cierta. Además, vi una vez (tiempo ha) en Esta noche cruzamos el Mississippi, una entrevista a dos futurólogas de esas, a las que les preguntaban si Induráin ganaría su sexto Tour consecutivo. Una dijo que sí. La otra, que no. ¿No es normal que acierte alguna? Y luego la que acierte, es la que lo sabe realmente de verdad, y esas cosas. Demagogia pura y dura. Está claro que en el futuro sólo va a pasar una cosa: o lo gana, o no. No puede hacer las dos cosas. Si de verdad supieran lo que va a pasar en el futuro, las dos dirían lo mismo. Y no es así.

Y cuando lees el horóscopo, ya es para morirte. ¿Alguien se imagina que las 4 tonterías que ponen en los horóscopos van a pasar? Porque si lo que pone en Sagitario, por ejemplo, que soy yo, le va a pasar también a mi prima que también lo es, a mi tía que tiene el doble de edad, al hermano de mi amigo de 15 años, y a todos los de los demás pueblos de España sea cual sea su edad y su sexo… ya es ir con tino. Porque, suponiendo que sólo seamos unos 200.000 Sagitarios en España (que es poco para los más de 40 millones de habitantes del país), saber lo que les va a pasar a todos, y que a todos les pase lo mismo… Además, el horóscopo debería ser para el mismo signo siempre el mismo (al menos en una día), pero cada revista, periódico y canal de televisión en el Teletexto, pone lo que se le antoja, y suelen contradecirse en lo que dicen.

Total, que yo creo que los futurólogos, y los del Tarot y esas cosas, de futurólogos quizá no tienen un pelo, pero de tontos tampoco. Saben cómo ganarse el dinero. Lo mejor, una línea 806 para tirar las cartas, aunque sea al suelo.

Con la Iglesia hemos topado (22/03/2006)

La religión es quizá el tema que hay que tratar con más delicadeza para no ofender a nadie. Yo respeto profundamente la opinión de los demás acerca de la religión. Tanto si son religiosos, como si no lo son, como si son cristianos, judíos, ateos… me da lo mismo.

De pequeño fui a un colegio público, pero tenía una asignatura llamada religión, a la que asistí durante todo el colegio e incluso en 1º de B.U.P. Y en el colegio lo que te explican es eso, que hay un Dios en el Cielo que juzga a todas las personas, que te tienes que portar bien para ir con él al Cielo y no al Infierno con el Demonio, que es ese Dios el que hizo el mundo…

Fui creciendo y ese Dios que hizo el mundo, me lo presentaban como algo o alguien (porque no se califica ni como persona ni como cosa, y no tenemos otra palabra para calificar lo que podría ser Dios) muy bien organizado, que en un primer día (si el tiempo lo empezó a medir el hombre, me pregunto cómo puede saber que Dios tardó 24 horas en hacer cada cosa, a menos que sean metáforas y día signifique porción de tiempo) hizo tales cosas viendo que todas ellas eran buenas, en un 2º día hizo tales otras, en un 3º hizo más, y en un 4º, y en un 5º, y en un 6º día, siendo todas buenas, y me dieron a conocer que Dios no se equivoca nunca y es perfecto, hasta que en un 7º día descansó de todo el trabajo que había realizado (y como era domingo, lo mismo hasta se sentó en el sofá con la cervecita y a ver el fútbol). Y supongo que esa es la razón por la que todo el mundo descansa el domingo y no se trabaja. Porque es el último día de la semana y el que Dios descansó (y porque hay que ir a misa, faltaría más). Pero si el domingo es el último día de la semana, ¿por qué los ingleses lo tienen como el primero? Además, yo me pregunto quién estuvo con él para ver cómo creaba todas esas cosas y poder afirmarlo después. Pero bien, como decía, fui creciendo. Y además de enseñarme que Dios creó el mundo en 7 días, me enseñaron que a Dios en 3ª persona se le denomina por Él y no por él, y bueno, todas esas cosas que nos enseñaban a los niños en los colegios.

La verdad es que a mí me dijeron que existe un Dios, que existe un Reino de los Cielos donde uno va cuando muere… Y, francamente –como diría el gran Quique San Francisco–, no puedo afirmarlo ni negarlo. No lo sé porque no lo he comprobado.

Pero si algo me resultaba gracioso era lo que ocurría cuando se le preguntaba a un profesor de religión algo como por qué se muere la gente tan joven. La respuesta, poco convincente eso sí, era que Dios necesita a gente de todas las edades. Y bueno, cierto es que eso te lo podías creer (con muchas dudas, todo sea dicho) mientras ibas al colegio. Pero poco a poco ibas asimilando esa respuesta a un motivo ‘para salir del paso’.

Hay gente que piensa que cuando una persona muy joven muere es quizás porque era lo mejor para ella, porque quién sabe lo que hubiera sido el día de mañana… Puede que tengan razón. Sin embargo creo que no es excusa. Además, ¿por qué no se va alguien que ha estado 8 años en coma y después se queda vegetal, alguien que despierta y sólo puede decir que sí y que no con la cabeza a algunas preguntas? ¿Acaso para él es mejor la vida? Y las personas que tienen Alzheimer, ¿para ellas también es mejor la vida? Desgraciadamente, mi abuela lo padeció y fue perdiendo la cabeza hasta el punto de no poder comer ni beber (tener que ingerirlo todo por sonda), moverse o hacer cualquier tipo de movimiento que no fuera parpadear.

Sin embargo, algo que no acabó de cuadrarme en su momento (ni ahora tampoco) fue que la Iglesia aceptara que el hombre descendía de otra especie. Después de haberle dicho y hecho a Darwin barbaridades por su teoría, años después ésta se acepta. Yo creo que si ya es mundialmente sabido que provenimos de una especie ancestral, sabemos también cómo y por qué provenimos de ella. Darwin lo explica muy bien en El origen del hombre. Si hemos evolucionado de otra especie, es posible que volvamos a hacerlo hacia otra. Si esto ocurriese, ¿también los habría creado Dios? ¿Y por qué entonces no habría acabado con el hombre? Es decir, ¿por qué habría creado una raza de seres más evolucionados que el hombre, si a éste lo hizo a su imagen y semejanza y lo dejó vivir porque le gustó?

Para terminar, algunas cuestiones a las que no he encontrado respuesta. Si el mundo lo ha hecho Dios, ¿quién hizo a Dios? ¿Puede existir desde siempre? ¿Cómo se mide eso? Cuando se dice que Dios creó el mundo, ¿entran en el saco los demás planetas y galaxias que los científicos descubren? Por otro lado, si Dios se creó a sí mismo debería haber algo para que se creara. ¿Cómo se creó ese algo? ¿Se puede crear algo de la nada?

COMENTARIOS

Bjr: Hermanito, completamente de acuerdo contigo, que diría Poli. PD: El libro de Darwin es El Origen de las especies

Yo: Sí, escribió ese pero después escribió el otro. Y por lo que he leído en Internet (fuente a veces poco fiable donde las haya) viene del segundo. Aunque es posible que no sea así…

Anónimo: bueno, yo estuve desde 1º de prescolar hasta 3º de BUP en un colegio de monjas, así que, qué me vas a contar de religión que no me sepa, me sé el credo a pies juntillas y que decir de la ceremonia religiosa…lo recito en verso si quieres, jeje.Todo esto me lleva a decir que según mi experiencia, creo que la mayoría que han estudiado en colegios privados religiosos, que han acudido todas las semanas a misa durante tantos años, son los que menos fe en «Dios» tienen,cosa en la cual no me incluyo aunque tengo mis propias hipótesis.Pero en lo que si me incluyo es en que no nos creemos ni la mitad que se nos han inculcado durante todos esos años, así lo que es la institución por sí de la Iglesia ya es para darle de comer a parte.Lo que sí creo es que se creó para que la gente confiara en «alguien», un ser superior e ideal, pero claro… las cosas llevadas al extremo nunca son buenas,jeje.así que para qué preguntarse cosas que salen de la invención del hombre?

Añoranza (22/03/2006)

Hace bastantes años, cuando estudiábamos para sacar adelante el ya extinto B.U.P., los domingos por la tarde, lejos de ser de fútbol se convirtieron en charlas en casa de Jota. Fue en esa época en la que empezamos a filosofar sobre cualquier cosa que se nos pusiera por delante. Y sobre temas nada triviales, por otro lado. Por aquel entonces la gente que conocía me daba su dirección de correo ordinario, porque las de correo electrónico eran más bien escasas. Así que me dedicaba a escribir cartas. Y los temas sobre los que versaban mis ideas los podía compartir, con mejor o peor aceptación, todo hay que decirlo. Por lo tanto, y para que esas tardes de ilusión de mi infancia no queden en el olvido, he decidido recuperar las que más sentido común tienen, si es que hay alguna que lo tenga. He intentado no tocar mucho el documento original, aunque evidentemente he tenido que corregir y actualizar cosas. Con esto me arriesgo a que me tilden de todo y nada bueno, pero qué le vamos a hacer… el que no se arriesga no gana.

Generalmente mis debates morales versan sobre la poca ilusión que le ponemos a utilizar correctamente el vocabulario (rico por otro lado, aunque nos empeñemos en emborronarlo con anglicismos que tienen traducción, quizá por comodidad) de nuestra lengua, aunque hay temas que se salen de esa línea.

Tienes un correo (15/03/2006)

Hace tiempo comentaba que hay diversos tipos de personajes conviviendo en perfecta armonía (o no) en esta, nuestra sociedad. También he hablado del reconocimiento de aparición de un virus informático demoledor. Estas dos entradas me sirven para hablar de las cadenas (o reenvíos) de correos electrónicos que, por qué no, también tienen esa posibilidad de clasificación.

Por un lado están las pseudoempresariales. En ellas, los correos vienen directamente del personal de MSN, Hotmail o Microsoft indicando que, en contra de lo que todo el que tiene relación con el mundo de la informática piensa, los servidores de Microsoft no crecen, sino que disminuyen, y es necesario quitar cuentas que no dan beneficio. Estas cuentas son las que no mandan el correo en el que se da la noticia a un mínimo de contactos (y no las que están un mes inactivas, como bien indican las bases al darte de alta). Me parece insultantemente gracioso que aún me sigan llegando correos de ese tipo porque haya gente que piensa que es posible que se le pueda cerrar la cuenta por no enviar a 15 personas un correo que amenaza con hacerlo si no se reenvía. El que inició la cadena seguramente se aburría y decidió que tenía que molestar a mucha gente. Y como no tenía tiempo, ganas o conocimientos para programar un virus, troyano o similar, lo más rápido era eso. Aunque he de reconocer que el mensaje se ha ido perfeccionando y me ha llegado incluso con una copia de página de MSN que hasta podría pasar por oficial.

También existen las solidarias, en las que se anuncia que hay un pobre chico (que casualmente siempre es el mismo o uno del reducido grupo de los pobres 5 desgraciados) que está enfermo, con una previsión de unos meses de vida (desde hace varios años), o con enfermedad degenerativa, o con algún tipo de trastorno genético que vive en el seno de una familia muy pobre y que sólo podrá salvarse reenviando ese correo millones de veces, porque por cada vez que se mande, 5 grandes empresas donarán un céntimo (que ya se pueden enviar correos, ya) para que el pobre muchachito se pueda operar. Yo me pregunto cómo podrá aguantar tanto un niño que lleva 7 años teniendo 7 años, con una enfermedad de ese tipo. Y cómo no le han podido operar ya los padres, si con las veces que ha dado la vuelta ese correo ya deben tener para desbancar a Gates.

Otras son las que podrían denominarse adivinatorias. En ellas te cuentan una historia, te ponen al día sobre cosas de la vida que ya deberías saber (por haberlas leído alguna vez en algún sitio, porque están por todas partes), y te pronostican el futuro próximo según tu actitud al terminar de leer el correo o ficherito adjunto según el caso. Dependiendo de la temática del correo, bien pueden augurarte uno en la más profunda de las soledades, sin amigos, suerte en la vida, sin novia/o, sin nadie que te quiera, o con menos sexo que una luna de miel entre Ratzinger y Teresa de Calcuta. Aunque como todo tiene solución menos la muerte, la cosa puede mejorar en función de a cuántas personas toques las narices, es decir, reenvíes el susodicho. Generalmente, a mayor número de personas, mayores posibilidades de que todo te vaya siempre bien. Aunque eso signifique quizá mayor cantidad de amigos que dejen de serlo. Como extensión están aquéllas que además te coaccionan para que las borres de tu ordenador, de tu cuenta de correo y de tu memoria a menos que quieras ser un pobre infeliz por los siglos de los siglos. Eso, o que vivas toda la vida temeroso de que en el momento menos pensado un gnomo verde y violento salga del lector de CD-ROM y te arranque las entrañas.

Unas que están muy extendidas son las virulentas. De estas las hay, a su vez, de diferentes tipos. Uno es el que te indica la existencia de un virus que se contagia rápidamente, que por supuesto los antivirus más modernos no reconocen aún (aunque lleve pululando el correo varios años y las compañías de software hayan tenido tiempo de sobra de hacer algo al respecto) y que te enseña mediante sencillos pasos si lo tienes en tu ordenador y cómo eliminarlo del mismo. Otro es el que te dice que si te llega un correo con un fichero adjunto llamado ‘La vida es bella.ppt’ (no falla, el nombre siempre es ese) poco más puedes hacer que rezar para salvar la existencia de todos tus aparatos electrónicos. Un tercero amenaza con virus a móviles e indica si recibes la llamada de ‘!!’ (tal cual, tampoco falla nunca, siempre es el mismo tipo quien te llama para joder) no debes colgar ni descolgar, sólo dejar que se quede como perdida y borrarla. De lo contrario la SIM se te multiplica por mil y todos los habitantes del planeta Tierra tendrán tu agenda, tus SMS, tus juegos y un saldo ilimitado que religiosamente pagarás cada mes aunque tengas que ayudarte de la prostitución. Me causa gracia que por pulsar la tecla de colgar o por no borrar una llamada perdida puedan ocurrir holocaustos similares. Todavía puede ser creíble si descuelgas y te pones a hablar con el interlocutor, pero en los otros casos es algo tan imposible como que tu móvil comience a caminar. Pero aun así hay gente que lo cree. Aunque, con diferencia, el que más gracia (o lástima) me produce es aquél llega diciendo que si una dirección particular de Hotmail (indicada en el correo, por supuesto) trata de agregarte, no lo hagas, porque es un virus que se propaga por todas las libretas de direcciones que tengas (e incluso que no tengas y tengas pensado tener) y que pueden tener todos tus contactos, y tú realmente no quieres hacerles una faena. Que en ese momento pienso yo qué demonios habrán hecho brujita69rober1972 o joni_brown para que alguien quiera dejarles sin amigos. Bueno, lo de brujita seguro que es un despecho de alguno al que ella dio calabazas. Pero pobre, por eso no se le debe negar el habla…

Hay un grupo, el de los correos premiados, que son aquéllos que te indican que eres ganador de un Nokia, de un Motorola, una noche de hotel o un viaje a las Maldivas, según la ocasión o la temporada, y que para poder ser partícipe de tal regalo debes reenviar el correo, indicando tus datos personales, a todos cuantos puedas (si es a un mínimo de 20 ya tienes el premio asegurado) y con copia a una persona de la empresa que realiza tal encomiable labor humanitaria de dar y regalar a cambio de nada. Eso no va a suponer que tus datos puedan caer en manos de cualquier empresa para enviarte publicidad a mansalva, no. Seguramente es más factible lo del regalo.

Hay un grupo, el de las incógnitas, que son esas cadenas que te tienen en vilo hasta que reenvías el correo millones de veces, ya que te dicen que algo grande va a ocurrir cuando reenvíes y pulses F8, o simplemente mirando la pantalla, o curiosamente pulsando F5. Quizá lo que ocurra es que por reenviar ese correo la tecla de recargar página (F5) deje de funcionar así para pasar a hacerte tortillas españolas, traerte la cena, limpiarte la casa y avisarte cada vez que haya partido. La ciencia avanza que es una barbaridad, así que no me extrañaría en absoluto, la verdad.

Por otro lado están las leyendas urbanas. Son esos correos en los que se narra una historieta, generalmente desafortunada y catastrófica, y que sirve para poner a todo el mundo sobre aviso y para que se reenvíe tanto como se pueda para que todos la conozcan, puedan prevenirla y actuar en consecuencia. Por ejemplo, la de los locos del Audi de la autopista que te golpean el coche hasta que te paras, te bajas y te roban (con algo de suerte te perdonan la vida). Que yo me pregunto para qué narices querrán robarte si llevan un Audi, y más aún para qué querrán destrozarlo dándote golpes con él… A menos, claro está, que ese coche también sea robado. O por ejemplo, la de los aspirantes a Paletin Kings o Castañetas que van por la carretera despacito y con las luces apagadas esperando al primero que les dé unas ráfagas de aviso para perseguirle hasta matarle. O la de las jeringuillas de las butacas de los cines, que están situadas sólo en las butacas que ocupan las mujeres y tienen una droga que priva del conocimiento a quién se pincha, permitiendo al agresor secuestrar a la víctima, robarle e incluso abusar de ella sexualmente para luego dejarla vivir o no dependiendo de si llueve o hace sol. O la de las latas de fanta y coca-cola contaminadas de orina de rata, que todos hemos debido ingerir alguna vez y que no nos ha causado esas enfermedades mortales que se detallan con tanta precisión en el correo. O la de los ladrones del súper, que te vigilan al llegar, te pinchan la rueda mientras compras y al volver te ayudan a darte cuenta de que tienes la rueda pinchada y se ofrecen voluntariosos a ayudarte a cambiarla, momento que aprovechan para llevarse tus pertenencias y hasta tu coche con una rueda pinchada. O la del ligón de discoteca, que está a la caza de la mujer perfecta y aprovecha el hecho de invitarle a una copa para echar estupefacientes con efectos somníferos en ella y poder secuestrarla, robarle y abusar de ella sexualmente a voluntad.

Pero los que más gracia me hacen, y esto ha sido ironía pura y dura, son los correos amistosos. Esos correos que te ensalzan el valor de la amistad, lo importante que es poder contar con alguien en los malos momentos y en los que te identifica (de la misma forma que lo hace con los otros 30 que aparecen en el campo Para) como un amigo especial, una persona única e inigualable que cambiaste la vida de quien te envía el correo y de la que jamás podrá olvidarse por muchos años que pasen. Te identifica como un amigo después de haber dado 107 definiciones de lo que hace y es un amigo. Hasta ahí, el correo sería aceptable, quizá pasable, aunque discutible por la visión tan peculiar de la amistad y por la cantidad de gente que tiene el remitente en la que confiar, a la que cuenta cuándo está alegre o triste, a la que pide consejo y de la que espera recibir frases que le hagan esbozar una sonrisa. Y ojo, no es que opine que eso no pueda darse, pero me parece meritorio que se haga en tantas personas simultáneamente. Al mismo tiempo pienso en si no se habrá equivocado enviándome el correo a mí, porque el remitente ni me cuenta cuándo sufre, ni cuándo le van bien las cosas, ni sus problemas, ni me pide soluciones para ellos… Vamos, que lo único que sé de él es que reenvía correos. Y no es que me importe, en absoluto, simplemente que hay formas menos hipócritas de acordarse de mí que un correo de esos que empiezas leyendo con la ilusión de que haya algo que no has leído antes y terminas leyendo con la misma desazón que todos los anteriores tras ver que es idéntico a ellos. Personalmente, me basta un simple correo que pregunte qué tal estoy, qué es de mi vida y que me diga que no se olvida de mí aunque no me escriba mucho. Aunque lo envíe también a los otros 30 por ser tan impersonal. Pero es más sincero. El caso es que lo que realmente me turba la mente es la forma que tiene de acabar el correo, que por supuesto siempre es idéntica: ‘Envía este correo a todos aquellos que consideres tus amigos y no te olvides de incluir a quién te lo envió. Si te lo devuelven verás que tienes muchos amigos’. Vayamos por partes, porque esto tiene miga. Para empezar, incluir a quién me lo envió o no hacerlo no es cuestión ni de olvido ni de memoria. Si no lo hago es evidente que es porque ni le considero mi amigo, ni nada de nada. Aunque bien es cierto que puedo considerarlo como tal y reenviarle el correo (corriendo el riesgo de que al llegar al final él lo vuelva a mandar a todo Cristo y entremos en un bucle infinito del cual sería bien difícil salir). O no hacerlo por el simple y mero hecho de no romper más los huevos, que diría una compañera uruguaya. Por otro lado, enviando eso a quien considere mi amigo, ¿estoy seguro de conservar su amistad y no entrar en su lista de no admisión? ¿No sería mejor enviárselo a mis enemigos y poder darles la brasa de esta forma? Por último, si me lo devuelven (sin insultos), no me aseguro de tener muchos amigos necesariamente. Nadie me dice que con ello no me aseguro de que hay mucha gente que se aburre o de que tengo muchos enemigos que me lo mandan para incordiar.

Seguramente haya más cadenas, o surjan con el tiempo. Pero como ya dije una vez, supongo que para eso está la oportunidad de comentar. 🙂

COMENTARIOS

Anónimo: Bueno aunque estoy bastante de acuerdo en lo que comentas, discrepo en una de ellas.Y es en la de los correos de amistad, es verdad que muchos de ellos son una cursilada y que muchas de las cosas que dicen son mentira o simplemente no cumplimos a raja tabla y a pesar de tb saber tu peculiar opinión sobre «amistad» a lo que tp estoy de acuerdo, pero respeto (cada uno tenemos conceptos distintos de amistad)(…me he perdido con tanta paja)bueno la cuestión es que .. muchas veces mandar este tipo de correos tb es una forma de hacer saber a la otra persona lo mucho que te importa, aunque como tu dices no te mande un correo con un «q. tal estas?»No sé por qué lo mandaran los otros, pero yo muchas veces lo mando con ese fin y para ser sinceros me es más cómoda ya que me lo dan todo escrito, jajaja.

Gálvez: Yo lo que pienso, es que el que se enseñe powerpoint en la escuela, universidad, academias, etc ha sido muy malo para esta sociedad en la que vivimos, a parte de los correos esos de la amistad, también incordian mucho los de chistes con powerpoint, que se tiran media hora, con una diapositiva por línea, para contarte un chiste de 5 líneas, que puede hacer o no gracia, pero cansa por lo lento, y total, las imágenes, muchas veces, ni ilustran correctamente el chiste…

Yo: Es la primera vez que se hace un debate sin mi opinión o la de mi hermano y me ha hecho ilusión. Sobre el anónimo, no niego que tú lo sientas con respecto a quién se lo mandas (seguro entonces que no es a 15 o más personas), pero no me niegues que un ‘Qué tal todo, el trabajo, el piso’ o cualquier milonguita de rigor no hace casi más ilusión que un correo reenviado mil veces por los demás. Y a gálvez, decirle que estoy 100% de acuerdo con él en que los chistes son para escribirlos en el cuerpo de un mensaje o en un TXT como máximo. Los de PowerPoint son una pérdida de tiempo y recursos principalmente.

Patricia: Bueno veo que los dos estais cortados por el mismo patrón, yo sigo con mi opinión. A mi si me gustan los powerpoint y algunos de ellos me hacen mucha gracia (con ello no quiero decir que sea más lista que vosotros porque yo si los pillo,jeje).Pero quién no ha utilizado alguna vez alguno de estos recursos?ya sea para felicitar, para desear.. o por quitartelo de encima y Oscar que no se te ocurra decir que tu no,que tengo pruebas!jajaja. Patricia.(pa que luego digas que no pongo mi firma)

Yo: Patri!! A veeer, no niego que utilice el Powerpoint, si viene bien usarlo, pero si vas a hcer algo original. Para un chiste, pues en el trabajo un powerpoint canta bastante más que un TXT (de ahí que prefiera lo segundo) y para decir cosas bonitas, es bueno pero decir lo mismo que te han dicho 40 personas antes e incluso la misma persona 15 veces en anteriores ocasiones… Quiero decir que prefiero la originalidad.

Bjr: Pues aunque hasta ahora me resistí a comentar nada, he encontrado un enlace en el que en quince frases resume las cadenas más usadas, y he pensado que éste sería un buen sitio para publicar, ¿no http://brunenzone.com/paginas/img_210306_cadena.htm (Ya no funciona, pero no me extraña, 17 años después)

Shinjin: Hola Oscar… recibí tu correo con la dirección de tu blog, y aquí estoy. Últimamente todo el mundo tiene blog… jejeje… lo malo es sacar tiempo para leerlos todos, pero bueno, se intenta. Espero que todo te vaya bien por allá 😛 En fin, no he podido resistirme a comentar el tema, ya que nos toca a todos directamente. Sin duda alguna, los correos cadena, son junto con el spam, una de las lacras del servicio de correo electrónico. Y hay una palabra que define todo esto: HOAX. Ni más ni menos. No se la de veces que he recibido uno de esos correos-cadena de msn, o gente enferma, o gente desaparecida… a lo cual, primero, elimino el mensaje. Después, busco información del hoax en alguna página de internet, copio y pego lo que considere importante, y envío toda esa información a la persona que me lo envió. De esa manera, le hago saber que he leido su correo. Y no le echo la bronca ni nada, simplemente le informo de que, por ejemplo, ese enfermo terminal ya hace 7 años que está así… qué raro que no envejezca XD Y después le comento que hay que intentar no mandar cadenas, y de hacerlo utilizar el destinatario oculto; de esa manera, la gente que recoge emails para venderlos lo tendrán un poco más dificil. En fin, es un tema controvertido, se podría hacer una charla movidita sobre ello 😛 Bueno, qué opina el resto! Hasta la vista! Sergio (de Altea) 😀

Yo: Parece que he tocado un tema que levanta ampollas… Muy buena la página, hermanito, aunque está claro que me copió claramente. Sergio!!! Qué tal todo?? Bueno, la verdad es que sí, que lo mejor es informar al remitente de que está equivocado para que no vuelva a ocurrirle, pero cuando uno lo hace mil veces se aburre y pasa del correo por completo. Hasta que hace páginas como esta 🙂 Espero que todo te vaya fenomenal!!