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¿Hay que leer más?

Soy consciente de que la gente de normal no lee los carteles, lo he dicho alguna que otra vez. Y como me gusta ser coherente con lo que digo, y además me gusta llevar la contraria, yo intento leer todo lo que aparece delante de mis ojos. Ayer fuimos a un centro de fauna y me ocurrió una cosa un tanto extraña.

FauniaGracias a una promoción habíamos cogido entradas suficientes para todos menos los que íbamos menos para un niño pequeño. Busqué en Internet el nombre del lugar y me dispuse a sacar una entrada en un portal que ofrece paquetes y entradas con descuento. Antes de pagar leí que había que llevar impreso el correo que me mandaban con la compra. Como ya estaba en el coche, llamé por teléfono al lugar y expuse mi problema de no poder imprimir ese correo. Me dijeron que con un reenvío del mismo era suficiente, así que la aboné. Una vez llegamos al sitio, le conté al chico de recepción que yo era quien había llamado hacía un rato, y me pidió que le reenviara el correo con la entrada. Me cogió los otros papeles de la promoción y empezó a reñirme de forma parecida a como lo hacía yo cuando estaba en el DNI. Me dijo varias veces «es que no leemos, y como no leemos, no vemos que hay un descuento si compras aquí una entrada con esto que me traes…» En teoría lo que quería decirme es que con la entrada que llevaba en la mano me hacían un descuento en taquilla para una adicional. Ya lo sabía, pero el porcentaje era menor que el de Internet (básicamente la mitad de descuento). Me preguntó cuánto había pagado por la entrada, y aunque no le tenía que importar un carajo, se lo dije. Entonces le pregunté cuánto valía con el descuento y me dijo que era más cara de lo que había pagado yo.

¿Qué sentido tenía lo que me estaba diciendo? ¿’Echándome la bronca’ por haber pagado menos, o por no haberle pagado a él? En mi interior pensaba cuándo iba a disculparse por las formas, porque yo cuando reñía a la gente lo hacía con conocimiento de causa, y si me equivocaba (que ocurría) pedía perdón. No había nada de malo en ello. Él lo que hizo cuando se dio cuenta de que me estaba aconsejando pagar más por una entrada fue, y transcribo literalmente, «sí, has pagado menos, pero si hubieras leído…» Si hubiera leído… ¿qué? Aún hoy no sé adónde quería llegar. Me quedé pensando qué beneficio habría sacado yo, y como concluí que ninguno pensé en responderle y dejarle en evidencia con un par de bofetadas dialécticas por prepotente y listo. Pero me acordé de que me estaba haciendo el favor de dejar que un pequeño entrara sólo con el reenvío del correo, así que mi educación no me lo permitió. Incluso pensé en decírselo a la que salía del centro, pero tampoco lo hice por no perder más tiempo con él.

Sobre el centro… Es normalito, quizá acostumbrado al Zoo o al Safari me parece poca cosa y mi opinión no es subjetiva. Quizá también voy influido negativamente por la reprimenda del taquillero nada del otro mundo, pero por lo que nos costó no se puede pedir más. Los lobos, que eran lo mejor de la visita, desaparecidos, y los zorros, dormidos. Así que poca chicha. Aves rapaces, tortugas, cabras montesas, muflones… y poco más. Pero pudimos entrar sin problemas y lo pasamos todos muy bien. Al final, eso es lo que importa.