El retorno injusto

Vuelvo por aquí con un par de días de retraso. Mi mente me pide volver, mi cuerpo me pide volver, y muchos de vosotros (un millón de gracias para todas y todos) también. Pero nada es como hace un año. Lo he hablado con algunas bloqueas estas semanas.

Hace doce meses tenía otro ritmo, de publicación y de dedicación. Podía escribir, elegir y editar dibujos, leer, comentar y hasta responder en mi blog. Incluso podía hacer cosas fuera de la blogosfera. Pero ahora no. Quizá porque el número de seguidores y personas que me leen se ha incrementado a lo bestia, porque hay muchos blogs para leer y seguir o porque ya no me puedo entretener con los dibujos como antes y me da pereza escribir entradas sin dibujos porque quedan sosas. O quizá porque ahora hago muchas más cosas fuera de la blogosfera que me quitan más tiempo. No lo sé, el caso es que ya no puedo dedicarle al blog el mismo tiempo.

Y aunque yo tengo tantas ganas de escribir como vosotros de leerme, creo que no es demasiado justo volver a medias. Y con volver a medias me refiero a volver solo para dedicarle tiempo a mi sitio. No es justo que no pueda dedicaros el tiempo que me gustaría, que no pueda leer todo lo que escribís, y que vosotros no faltéis a mis citas. El blog es algo recíproco y lo justo es dar y recibir, no sólo lo segundo.

De momento me he animado a poner algo, a recordaros que sigo aquí, que no me he ido, que os sigo en la sombra aunque sea a otro ritmo, y que no me olvido de esa gran comunidad que tengo detrás. Cada día pienso en volver, pero me acabo echando para atrás. Haber vuelto a publicar quizá signifique haber roto un poco la barrera que tenía con el blog. Espero volver de una manera justa. Los que me conocen saben que es lo que va conmigo y que no me siento bien de otra forma.