De cariñoso a aprovechado

Mi hija ha heredado de su padre el ser cariñosa con la gente. A toda la gente que ve la saluda. Les sonríe, les dice hola y les pregunta cosas. A los niños, además, les da abrazos y besos. Le da lo mismo quiénes sean, no hace demasiada distinción. Ayer íbamos paseando y nos cruzamos con una familia que venía de frente, con una pequeña de su misma edad, aproximadamente. Ambas se miraron desde la distancia, se pararon, se dieron un beso y un abrazo (actos ambos promovidos por la mía) y se fueron tan campantes.

La verdad es que no me sorprendió esa muestra de cariño por parte de mi hija porque ya estoy acostumbrado a que la tenga. A los de su clase les colma de achuchones, a los del parque también les regala alguno de vez en cuando, y a los que se cruza por la calle, en ocasiones también, como acababa de ocurrir. Es muy común que se acerque a ellos, les coja de los hombros y les dé un beso y un abrazo mientras lo dice: «U becho… u bracho«. Me llamó más la atención la reciprocidad que tuvo en el gesto por parte de la otra chica porque no suele darse. Y me quedé pensando, como acostumbro con algunas situaciones.

Y pensé en la forma tan natural y sin prejuicios de mostrarse cariño, en la manera tan singular de dejarlo fluir cada una con la otra y que ninguna de las dos pensara que es extraño, en la ventaja de ser niño para hacer ciertas cosas sin preguntarte por qué y sin que nadie a tu alrededor se lo pregunte, y que simplemente se justifique en «la inocencia de los niños«. Reconozco que aún tengo parte de esa inocencia, quizá demasiada, aunque no sea necesariamente en ese aspecto. La gente que me conoce da buena fe de ello. Sin embargo, eso dentro de unos 15 años sería impensable. ¿Una joven cruzándose con una desconocida y parando para darse un beso en la mejilla y un abrazo y seguir su camino como si nada? Sabemos que no sería cierto ni aunque lo pusieran en una película de sobremesa que son ‘Basadas en hechos reales‘. Concretamente, esa sería la parte inventada.

Beso adultoPero lo peor no es que no se dé en esas edades en las que uno aún es joven porque ya se ha perdido la inocencia que provocaba esos actos. Lo (para mí) triste es que si eso mismo lo hiciera yo con un adulto, ¿qué ocurriría? Voy por la calle y al primero que se me tercia (chico o chica, me da lo mismo) le paro, le saludo, le doy un beso y un abrazo, y me despido. Si es un chico posiblemente me lleve un empujón. Si es una chica, posiblemente me lleve una bofetada. ¿En qué momento dejo de ser cariñoso para ser considerado un abusón o un loco? Porque estoy convencido de que cualquiera que lo presenciara e incluso el mismo receptor pensaría como mínimo que estoy tarado, o que querría aprovecharme de la chica, si es que mi «víctima» fuera una mujer.

Quizá sea que no todos los adultos lo harían de forma inocente. Quizá sea que tendría que haber un motivo oculto para llevar a cabo esa acción. Quizá sea que una vez perdemos la inocencia, actos como ese no tienen cabida, porque pasa a ser picardía. Últimamente leo en muchos sitios a personas que dicen que hay que aprender de la niños, pero estoy convencido de que esos son de los que no se dejan besar y abrazar.