Viaje del viernes #15

La gente habla mucho, a menudo sin saber. Un amigo me dice a menudo que «España es un país de listos de bares». Supongo que porque es el sitio donde las personas suelen demostrar todo lo que ‘saben’. El problema en esto era cuando la gente llegaba a la oficina y me decía «Es que a mí me dijeron que valía lo que traigo«. Y se lo había dicho un amigo, una vecina, un primo, un tío, un desconocido o el blog de Manolete. Cualquiera de ellos con más credibilidad que yo, vaya. Supongo que porque yo les decía lo que no querían escuchar. Y aún empeoraba la cosa cuando según hablábamos me iban soltando mentiras. Eso me crispaba y respondía de manera ácida, aunque siempre con una sonrisa para que sirviera de atenuante.

No entiendo cómo puede haber gente sin trabajo en este país, con la extraordinaria cantidad de personas inteligentes que lo habitan. Bueno, supongo que si me paro a pensar un momento, quizá se deba a que en realidad lo que aquí hay en exceso son listos. Y aunque ambos adjetivos parecen sinónimos significan cosas distintas.

Inteligentes son aquellas personas que saben de lo que hablan. Las que saben de más o menos temas pero que cuando no saben de algo no hablan alegremente. Primero dicen que no saben y luego, si acaso, dan su opinión. Pero dejando bien claro que es eso, su quizá equivocada opinión. Listos son aquellos seres que creen que saben de lo que hablan. No soportan afirmar que no saben algo porque no quieren parecer ignorantes. Y menos delante de alguien a quien ellos consideran más tonto. Consecuentemente, opinan acerca de todo pero no dejándolo en una idea propia, sino como una verdad universal.

Si esto pasa acerca del último fichaje futbolístico, tampoco es demasiado grave. Si ocurre con los papeles que hay que aportar para la renovación de la documentación, ya no hace tanta gracia. Sobre todo porque la mayoría de las ocasiones en las que ocurre hay algún tipo de error. Si sobran papeles no importa, pero el problema es que normalmente suele faltar algo. Y es entonces cuando llegan los reproches:

– Es que a mí me dijeron que eso no hacía falta.
– Pero es que sí es necesario. Además, se lo estoy diciendo yo, con lo cual ya puede decir que a usted le dijeron que hacía falta.
– Pero es que me lo han dicho varias personas, todo el mundo.
– ¿Varias personas o todo el mundo?
– Me lo han dicho y ya está.
– Ah, «y ya está«. ¿Y por eso lo que yo le indico vale menos, porque se lo digo sólo yo? Por favor, respóndame, ¿quién hace los documentos, varias personas, todo el mundo o yo?
– Usted.
– Entonces, ¿quién sabrá mejor lo que necesito?
– Es que me lo dijo usted la última vez.
– ¿Yo? Eso es imposible.
– Pues sí, usted me lo dijo la última vez.
– Perdone que discrepe, pero eso sólo lo podría haber dicho ebrio. Y no acostumbro a beber en el trabajo.

¿Se lo he dicho yo después de decirme que han sido otras personas? ¿Con qué valor se atreve a decir que sabe mejor que yo lo que he dicho? ¿Es que tiene una grabación? Además, me resulta especialmente curioso que cuando les pregunto cuándo ha ocurrido eso me dicen una fecha en la que yo aún no estaba tramitando documentación. O estaba de vacaciones. O mejor aún, todavía no era funcionario. Lo peor es que se lo digo y algunos aún me lo niegan. Y eso ya es el colmo. No sólo les rebato sus argumentos, sino que después de cogerles todas las mentiras aún pretenden saber cuándo empecé a trabajar. ¿Qué fiabilidad pueden tener?

66 comentarios en “Viaje del viernes #15

    1. Ja ja ja. Reconozco que no era lo habitual un caso tan extremo, pero bueno, alguno hubo. La verdad es que había mucha gente agradable que lo compensaba, la mayoría, pero esos no generan chicha para una entrada. Besitos Valeria.

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    1. El problema no está en que te lo dijeron, que eso no lo dudo, sino en quién te lo dijo. ¿Un vecino, un primo, un enemigo? Esa es más mi queja, que la palabra de un grupo de madres de colegio tenga más validez que la mía… Besitos corazón

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  1. Debe de ser muy irritante quedarse con las ganas de espetarle a alguien ¡Vete a tomar por culo, gilipollas!
    Pero supongo que es mucho más sano no entrar al trapo y evitarse un disgusto.
    Estoy de acuerdo contigo, Ep-paña es un país de listos y de listillos, de los que en la caravana cambian constantemente de carril según vean que avance más uno u otro. De los que llegan a la cola de la pescadería y a lo tonto a lo tonto (a lo listo a lo listo) pretenden colarse en tu cara.
    De los que van a la inspección médica de bajas de larga duración caminando por la calle con más garbo que una modelo de alta costura y es pasar por la puerta de la sala y comienzan a cojear como si les faltara la pierna que no les falta. Mucho listillo, mucho caradura, mucho pícaro, mucho Lazarillo de Tormes…
    Una vez en Estokolmo entré en una tienda de camisetas con intención de llevarme varias. Pregunté el precio de una y el dependiente me dijo que 10 euros. Sonreí picarón, sabedor de mi poder como comprador y le dije: Y si te compro 10 ¿cuánto me vas a cobrar? Y el tío, frío como un nórdico (uno que ha nacido en el norte, no un edredón de plumas) me dijo extrañado: Pues 100 euros.

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    1. Y te miró como a un bicho raro por hacerle esa pregunta, ja ja ja. Reconozco que más de una vez me quedé con las ganas de mandar al ciudadano bien lejos, a un mundo paralelo al menos. Pero mantuve siempre el tipo salvo la vez de la entrada «Soy bipolar». Todos los ejemplos que pones son tristemente ciertos… Un abrazo

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  2. Yo estoy de listos…y lo peor es que nadie les para los pies. En muchos casos, su «listura tiene consecuencias que no me agradan. En otros,son unos ignorantes venidos a más,que no aportan nada. Yo prefiero ser inteligente o tonta,ya aprenderé o preguntaré,o me quedó con la » tintura»,no pasa nada.Buen finde!!!!

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    1. Cuando trabajas cara al público es muy difícil pararles los pies sin caer en la provocación, pero yo intentaba dar «tortas dialécticas» al que veía que se lo merecía. Porque no trabajo no era aguantar a nadie, sino documentarle o explicarle por qué no podía hacerlo. Para lo otro ya estaba su familia. Haces bien rubilla, no pasa nada por preguntar. Nadie pensará que eres tonta por ello, a pesar de que mucha gente crea que sí. Buen fin de semana!

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    1. Reconozco que el porcentaje de estúpidos en global era menor, pero daban lata por nueve! Aun así había mucha gente que merecía la pena. Gracias por pasarte, leerme y comentar, Aida. Un abrazo

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    1. Ja ja ja. A mí también, hay veces que aunque la gente tiene buena voluntad te informa mal (no hablo de los listos que te dicen las cosas tratándote de bobo y encima lo hacen mal). Pero cuando en la oficina me decían otra cosa, preguntaba si la opción que me habían comentado era posible en plan «y no se podría…» con lo que no intentaba hacer valer lo que me habían contado sobre lo que me decía el (teórico) profesional. Yo también soy muy crédulo. Es mi segundo nombre… Besitos

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  3. Que santas gónadas tienen algunos! o_O
    En vez de admitir el error, noooo, echar la culpa a «todo el mundo»… bfff
    Yo nunca me fío de lo que me dice «todo el mundo». Siempre echo un vistazo en la web oficial para saber qué documentación tengo que presentar. Aunque si te soy sincera, no es la primera vez que en un trámite piden un documento rarísimo, vas a informarte en persona y no tienen ni idea o te remiten al equivocado… Pero eso: nunca, nunca, pero que nunca me fío de lo que me digan otras personas que no sean los funcionarios que lleven el tramite. Siempre el oficial 😉

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    1. Si ya sabía yo que te tengo que nombrar ciudadana ejemplar… El problema es cuando los que te tienen que informar bien se equivocan o lo hace la web, porque todos somos humanos y tenemos derecho a equivocarnos. Pero también te digo que no es lo usual. Besitos corazón

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  4. yo en mi tontuna habitual, quiero tener un listometro y sacarlo en los momentos clave. solo bastaría con medir el numero de palabras innecesarias que empleamos para dar un rodeo en decir algo que estamos deseando decir.
    EL SIGUIENTE POR FAVOR!!!!!!!!!!!!!!
    Besos incoherentes jjjjj

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  5. A veces el «a mí me dijeron» es verdad, e incluso proviene de algún miembro incompetente de la administración pública (que como te he dicho en alguna ocasión doy fe de que los hay). Y otras muchas, creo que la mayoría, viene de la gran cantidad de gente con morro o maleducados que pululan por ahí. Yo también he trabajado en atención al cliente y, sí, quema mucho mucho. Al final, algunos, acaban menospreciándote como trabajador/a. En fin… paciencia… ¡Besos!

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    1. Lo sé, de hecho he tenido que corregir muchas veces a personas que trabajaban conmigo que estaban dando una información errónea. Prefería que pensaran que era un maleducado por estar escuchándoles antes que tener que aguantar al ciudadano en un viaje posterior cabreado y encima con razón. Pero en estos casos la gente no tenía dudas. Me decían quién se lo había dicho, como era la persona y dónde se sentaban. Y yo solo lo que hacía era pedir disculpas en su nombre y arreglar el desaguisado. Besitos

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  6. Qué raro se me hace imaginárteme dando una respuesta ácida, a ti que derrochas amabilidad y simpatía… o igual es que ésa es tu personalidad de bloguero-Jekyll y luego tienes otra de funcionario-Hyde… a ver si va a ser eso…

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    1. Ja ja ja. En realidad era bastante cariñoso con la gente. Y procuraba coger a los niños (sin que se notara) porque me encantaban. Les dibujaba su nombre con letras gordas para que lo coloreasen y algunos lo traían cuando volvían por allí. Pero sí, sí ves mis entradas del DNI, las primeras del blog, verás que daba ese tipo de respuestas. Pero solo a quien se lo ganaba a pulso y siempre con una sonrisa en la boca, lo que lo hacía más llevadero. Besitos corazón

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  7. A mi la frase que más me desespera es esa de: «la gente dice que…». Indagas un poco y resulta que por gente se refiere a uno que le dijo algo. Yo siempre contesto lo mismo, ¿gente, cuanta gente, dos, tres, 20, 100 personas?. Cómo nos gusta exagerarlo todo!!.😀

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  8. Que paciencia tan infinita debes tener; Óscar! Yo creo que quizás listos no tanto, pero mentirosos, muchos. La gente vive con la mentira, forma parte de sus vidas y la trasladan a todos los ámbitos.¡SOMOS UN PAÍS DE DESHONESTOS? Puede ser, de ahí que haya tanta trapicheo, y que cuando devuelves una cartera con dinero (me paso a mi), con riesgo de perder una reserva de hotel ni siquiera la propietaria te lo agradezca. Encima debió pensar que eramos lelos. Un abrazo.

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    1. Este país es ruin en todas las escalas, y a veces pienso que tenemos los políticos que nos merecemos. A mí me pasó una vez, que me llamaron para devolverme la cartera, y cuando la recuperé, además de darles a la pareja mil veces más gracias, la quise dar 10 euros, que era lo que llevaba, y no quisieron. Ni siquiera que les invitara… Muy agradables. Afortunadamente aún hay gente como tú, y eso me hace confiar un poco en las personas. Besitos

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  9. Jajaja… Es igual con las leyes. ¡Cómo hay abogados de pasillo, de barras, de letrinas! Todo el mundo sabe la ley. Y se lo dijo la vecina, la tía, el dentista. Dan ganas de reir. Pero así es. Vestirse de paciencia, mi rey. Besitos.

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    1. Eso es lo gracioso, como si no fueran de por sí difíciles algunas profesiones, como para que llegue cualquier listo de bar y empiece a dar lecciones… En fin… Besitos corazón

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