Hay veces que nos sentimos grandes o importantes. Eso nos ocurre, sobre todo, cuando conseguimos algo que para nosotros supone un éxito personal: cuando nos pasamos ese juego que se nos resistía, cuando logramos aprobar esa asignatura que se nos atragantaba, cuando conseguimos la mejora laboral que buscábamos, cuando hablan con cierta alegría y envidia de lo educado que es nuestro hijo… Pero si hay algún momento en el que nuestro ego se viene arriba, es cuando con una excusa conseguimos lo que queremos.
El multitud de ocasiones pensamos que somos la panacea en este campo. Hay ocasiones en que necesitamos algo, no hemos llevado a cabo el proceso todo lo bien que debiéramos para obtenerlo, lo sabemos y ante la más que posible negativa improvisamos una mentira escondida por una excusa. E incomprensiblemente conseguimos lo que hemos ido a buscar. Entonces nuestro semblante dibuja una sonrisa y nos pensamos que somos los mejores porque hemos logrado lo que queríamos con una elaborada excusa.
¡Espabilemos! Seguramente la excusa era mala, muy común y si se nos ha ocurrido a nosotros es fácil que también la haya pensado y usado alguien más. De hecho, lo más probable es que le hayan dicho lo mismo mil veces, sepa lo que vamos a decir antes de que terminemos y tenga alguna forma de rebatir lo que le decimos. Pero la cosa es que, aun así, nos lo ha dado. ¿Por la excusa? Claro que no, nuestra educación, nuestra cara de humildad, una sonrisa mientras hablábamos, no exigir nada, incluso que le hayamos gustado… Quién sabe el motivo. Pero que se haya creído algo de lo que le decimos, ya os digo yo que no.
Y para muestra, un botón. Tú vas tan contento a hacerte el carné a mi (ex)oficina. Llegas corriendo (quizá por esprintar en la escalera de la entrada) y tras esperar a que se vaya el ciudadano de mi puesto me dices:
— Perdona, tenía cita a las diez y acabo de entrar. ¿He llegado tarde?
— Valore usted mismo —te digo mientras miro el reloj—. Son las diez y media pasadas.
— Pero… ¿Me podrás atender, por favor? —me dices dubitativo y nervioso.
— ¿Por qué ha llegado usted tan tarde?
— Es que…
Y aquí, que podría ir la verdadera razón del por qué has llegado tarde como que te has perdido, no te has acordado de la cita, te has entretenido en casa, te has dormido, has perdido el metro o el tren, tu bebé se ha hecho caca cuando lo has montado en el coche para dejarlo en casa de tus padres… lo que sea que te ha ocurrido, decides mentir y soltar:
— ¡Se aparca fatal aquí! Madre mía el rato que llevo dando vueltas.
— Ya… Es un barrio malo para aparcar…
Yo ya había decidido atenderte porque estaba esperando a que mis compañeros terminaran de vaciar la sala y tú habías sido educado esperando tu turno para preguntarme y lo habías hecho, además, con educación, todo hay que decirlo. Así que sonriendo te digo:
— Siéntese, pero no tarde no sea que venga alguien que sí llegue a su hora.
— Gracias, gracias —me dices con una sonrisa agradecida y triunfadora por haber conseguido sentarte con lo que me has dicho.
— Es curioso lo del aparcamiento, le pasa a casi todo el que llega tarde, incluso a gente que no conduce, no crea.
En ese momento pones cara de circunstancia y piensas «Pues igual la excusa no era tan buena…». Pero no siempre soy tan malo. Muchas veces no digo nada y dejo que el ciudadano sea feliz pensando lo ocurrente que es. De hecho, yo también pensé que lo era durante muchos años. Precisamente hasta que trabajé cara al público y me di cuenta de la verdad.
¿A ti también te ha pasado? ¿Crees que tienes siempre la excusa ideal, ocurrente y novedosa? ¿Te han atendido porque crees que has soltado la excusa perfecta? ¿Sigues pensando que esas cosas solo se te ocurren a ti?
Perdón, no he podido leer tu entrada hasta ahora porque aquí se aparca fatal!! Llevo mas de media hora. He visto que la publicabas pero nada, entre semáforo y semáforo no me daba tiempo a escribir. ☺☺☺☺(mi mejor sonrisa).
Como siempre das en el clavo y nos muestras nuestras miserias de una forma tan amable que ni lo parecen. Feliz lunes. Besazos!!
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Mujer, usa el transporte público! Te diría que andes porque estiliza, pero eso no te hace falta, seguro! Muchas gracias corazón, no tanto como miserias, pero si recursos muy manidos por todos nosotros y en los que nos creemos exclusivos y ocurrentes, y nada más lejos de la realidad… Besitos
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He de reconocer que yo soy la reina de la excusas.
Sobretodo cuando llego tarde, porque soy muy tardona. Pero yo me las creo y me parecen geniales, porque que leches!, es que llego tarde por esa razón y punto! jaja
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Ja ja ja. Di que sí. Pero porque tú eres parte del bajo porcentaje que dice la verdad. Por eso es esa razón y no hay más que hablar, je je je. Besitos
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Cuando no puedes hacer nada porque tu excusa es real: tengo que estudiar. He ahí el problema:(
¡Un beso!
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Bueno, es que esa es una realidad, pero cuando pasas de la treintena esa excusa no suele ser factible. Y se va a lo seguro. Había un atasco, huelga de Renfe… Besitos
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Pues la excusa es el recurso del mal cumplidor pero en cualquier momento determinado se utiliza de una manera practica.
Un saludo.
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Pues sí, sobre todo si fue efecto y conseguimos lo que queremos, benditas excusas, je je je. El problema que veo yo es la falta de originalidad que tenemos. Un abrazo efe
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Me ha encantado, ¡como siempre tus experiencias resultan tan interesantes! Este post me ha hecho reír y recordar mis propias excusas y sentimientos de «lo he logrado», jajaja ahora tal vez, me lo replanteo 😉
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Me alegra haberte hecho reír. Objetivo cumplido. Ciertamente lo logras, yo también lo logro de cuando en cuando, pero me da vergüenza decirle a la persona que se cree mi excusa «única» que le agradezco su atención a pesar de ella. Porque… ¿y si se lo cree de verdad? Besitos
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Me he reido mucho, y la verdad es que a veces decimos unas cosas que no se las traga nadie 😛 Yo hace ya años que si pongo una excusa creo que hasta se me nota porque me siento hasta mal jajaja tendria que hacer algo de interpretacion 😛
Un millón de sonrisas Oscar 😀
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Ja ja ja. Lo he visto claro. Voy a crear el curso online «Cómo poner una excusa creíble… Y que funcione». Me forro corazón! Besitos sonrientes
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Hola Oscar!!
Vaya tema que nos traes!! Me has hecho pensar!! Creo que se abusa tanto de ellas, que cuando se utilizan de verdad…no parecen creíbles. Una pena!!Un abrazo!!
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Eso también es verdad, al final es como el cuento del pastorcillo y el lobo. Pero no creas, que hay algunas historias que son imposibles de inventar a menos que seas guionista… Besitos
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Que gracia me ha hecho! La verdad es que no valgo para inventar excusas, se me nota a la legua que no es cierto!
Lo que si te puedo decir es que ahora con la barriguita tengo muchos privilegios! Se ve que las embarazadas damos ternurita y consigo siempre sentarme o adelantarme para que me atiendan, pero es cosa de los demás eh? Yo no voy pidiendo ese tipo de privilegio. Un beso!
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Eso también lo hacía yo. Cuando veía a una embarazada y veía que se quedaba de pie le ofrecía una silla para que se sentara, o bien la buscaba en la lista y la llamaba como si le tocara a ella. Algunas de sorprendían y se lo decía. No podía dejarlas de pie a las pobres, ni esperando… Se me caía el alma a los pies… Besitos
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Además a la mayoría se nos ocurren las mismas, y claro, ya huele.
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Esa es la historia, que todos pensamos de forma muy parecida y creemos que somos la leche, je je je. Un abrazo
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Pues sí, y al final somos la misma mierda. Jajaja.
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Hombre, no seas tan cruel…
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Desde el cariño y el respeto.
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Entonces vale, ja ja ja.
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Pues mi excusa suele ser decir la verdad, simple y llana. A más de un excusante o excusador o como quiera que se le llame le sorprendería comprobar las puertas que abre decir la verdad.
– Sí, señor agente. Tiene usted toda la razón. Me he saltado el semáforo en rojo. Iba pensando en la hipoteca y ni lo vi.
– Ande, circule y sea más cuidadoso la próxima vez.
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Ja ja ja. Es que ser sincero te facilita mucho la vida. El agente piensa «pobre, casi no llega a fin de mes con un sueldo mileurista y su hipoteca por las nubes, ha estado a punto de atropellar a dos ancianos y pagar por ellos como si fueran adolescentes y se me ve arrepentido. ¿Cómo le voy a multar? Venga, va, esta vez le perdono»
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Jajaja, la anécdota es genial, cuántos no se habrán visto reflejados… Yo también termino poniendo excusas sin querer, me salen solas. Sin embargo yo confío menos en mis posibilidades y siempre pienso que no ha colado, aunque la excusa fuera cierta creo que la gente no me cree porque suena a tópico. ¡Un beso!
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Fíjate que no es lo común lo tuyo, Ana… Lo normal es que no sólo piensen en el éxito sino que además se crean que me la han colado… Y a algunos les he dicho «no sigas, no hay nadie, te lo voy a hacer igual pero siéntate ya…» Soy un trozo de pan, ja ja ja. Besitos
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Ah! Pero el resto del mundo utiliza lo de aparcar? Y yo pensando que era original!….. Noooooo yo soy como cm acarreo, yo utilizo siempre la verdad, se me ha olvidado, no me apetece….
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La sinceridad es lo que más lejos te lleva. Yo a esos la reñía por despistes y se lo hacía por sinceros. Los que tardaban en aparcar esperaban un rato a que fuéramos en hora… Besitos
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Si tengo que excusarme por algo digo siempre la razón real, creo que es lo mejor.
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Efectivamente Chus. Además, en general se nota cuando uno dice la razón real. Y se agradece. Y conlleva más beneficios… Un abrazo
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Otro, pero sin muchas ganas 😉
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Yo no sé poner excusas, si llego tarde a un sitio pido disculpas, pero nada más. Si me preguntaran por qué he llegado tarde, diría la verdad, pero normalmente no suelen preguntarme (tampoco suelo llegar tarde, creo que me ponen tan nerviosa los trámites burocráticos que llego antes de la hora, incluso 😉 ) ¡Besos!
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Si es que eres una ciudadana ejemplar! No porque te pongan nerviosa los trámites, sino porque llegas con tiempo, pides disculpas y eres sincera. No te creas que es muy común… Besitos
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Jaja, tanto como ciudadana ejemplar…
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Tenías que ver lo que hay por ahí suelto, en serio… Besitos
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Jamás me ha pasado, soy excelente para dar excusas y me las creo hasta yo. Es tan cierto que tengo que cuidar de no abusar de mi superpoder haha
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Ja ja ja ja. Cuídalo, no es común. Es un gran superpoder… Pero no abuses. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Besitos
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Exactamente, no te preocupes, me porto bieen 🙂
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¡Hola Óscar! Sólo te digo una cosa: las oficinas del DNI la ponen siempre en barrios malos para aparcar: ahí, aquí y, como estoy optimas me la jugaré todo con la última carta, en la Conchinchina 😉
¡Qué ganas de leerte de nuevo! Un abrazo
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Hola Mara! Cuánto tiempo! Te he echado de menos por aquí! Ya en España? Qué alegría verte… Lo de tu teoría… No te digo yo que no. Es por fomentar el transporte público y el deporte, je je je. La Administración, que mira por nosotros… Besitos
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Como siempre poniéndote en el lugar del otro y presumo que hasta con una sonrisa. A veces, cuando la excusa resulta tan evidente, es preferible hacer un acto de humildad y decir la verdad. Creo que hasta se agradece. Es mi opinión. Buena tarde.
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Opinión acertada, como tantas otras veces. Siempre se agradece y en ocasiones se recompensa. Lo de la sonrisa, no lo dudes que sí. Siempre intentaba atender sonriendo. Mejoraba la relación que aún no tenía con el ciudadano y le hacía proactivo, por lo general. Besitos
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Jajaja Óscar estupenda entrada y eso que no me apetecía ni pizca leerte 🙂 pero se quedó pillada la pantalla sin poder hacer nada por WP con un collarín sin poder girar la cabeza negándome de leerte, y de fondo venga bocinas en la calle… Capaz de sacar la realidad con ese toque de elegancia 😉 un besoooooo.
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Ja ja ja. Esta me la creería, es imposible que te inventes todo eso… Ha sido una conjunción de astros en toda regla. Gracias, astros!
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Jajajaja tengo una cabeza muy locaaaa !!!
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La verdad es que no me gusta excusarme precisamente por lo que dices, porque parece que es mentira lo que estás contando. Siempre pienso que a la persona que está ahí, atendiendo al público, no le interesa tu vida. Dicen que una buena excusa es aquella en la que no se dan muchos detalles. Me lo apuntaré por si acaso.😀
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Pues mira, no se me había ocurrido. Es cuestión de verla en funcionamiento… La verdad es que no nos suele interesar la vida de nadie más allá de lo que tenga que ver con su documentación, pero en ocasiones la gente nos usa como vía de escape. En el primer capítulo de mi libro del DNI lo cuento… Besitos Sensi.
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Una vez aprendí que las excusas solo complacen a quienes las dan. Así que por no quedar doblemente en ridiculizada prefiero decir la verdad del asunto. Sea cual sea el resultado final. Terminé por aprender que lo toman mejor y yo me siento mucho mejor que si dijera la excusa.
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Pues sí, la verdad es que no sabes cuánto agradecemos la sinceridad en un mundo, el de atención al público, en el que la mayoría de la gente solo busca mentirte para lograr su objetivo… Besitos Sannia
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Es curioso cuando dices que la gente pudiera decir la verdad y opta por decir mentiras. A mi se me hace muy difícil mentir. Y no es que sea santa. NO me creo Santa Melba. Pero para ser abogada, no soy mentirosa. Es más, tenía muy buena fama siendo abogada, porque no decía mentiras. Todo lo que decía, los jueces me lo creían. Tenía una amiga abogada que me miraba con horror y me preguntaba «¿Cómo vas a decir eso?» y yo pues le decía «Es que es la verdad». Bueno, al fin y al cabo, ganaba más casos diciendo la verdad ante el asombro de mis colegas. Creo honestamente, que la mejor práctica es decir la verdad… NO ME PREGUNTES MI EDAD… Jaaaaaaa….
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Ja ja ja. No hace falta, son 35 años! Ciertamente, como decía Jim Carrey en «Mentiroso compulsivo», ‘La verdad os hará totalmente libres’. Lo de ser abogada y decir siempre la verdad es algo atípico, como puedes comprobar por las reacciones de tus compañeros… Pero es lo mejor que puedes hacer. Al menos te vas a la cama con la conciencia tranquila. Besitos Mel
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Aveces los padres te taladran el cerebro de tal modo que es imposible actuar de otro modo. Sí, mi comportamiento era muy atípico, pero a la larga me benefició.
Tan bello, tu … gracias por decir mi edad, yo tan tímida…Jajaja… Besos, mi rey.
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Pues tus padres hicieron un trabajo estupendo. Has salido una mujer de provecho. Besitos
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Así es. Todo se lo debo a ellos.
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Jajajajajaja qué buena! Es que los que van «en coche de san Fernando» también lo tienen muy crudo para aparcar xD
La verdad, yo soy incapaz de poner excusas. Es un fallo que tengo. Si llego tarde, siempre digo la verdad o lo dejo para otro día, pero nunca se me ocurre poner una excusa. ¿seré tonta?
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Bueno, yo no diría tanto. Sincera? Bondadosa? Con ciudadanas como tú da gusto atender al público, la verdad. Besitos
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Pues mis hermanos cuando era pequeña me decían eso de: «las excusas son como el culo, todo el mundo tiene una». Qué brutos los muchachos (única chica y la pequeña de 4 hermanos), así que procuro no echar mano de ellas porque esa frase se me ha quedado grabada, además miento fatal. Besos.
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Ja ja ja. Muy brutos, pero seguro que te han tenido siempre como a una reina, je je je. Lo mejor es no mentir nunca, no sea que un día nos salga bien y nos vengamos arriba… Besitos
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Muy bueno! Aunque yo creo que nunca he tenido suerte con estas cosas…Debo ser muy mala con las excusas! Ji ji.
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Ja ja ja. Bueno, supongo que no has dado más que con bordes… Verás como con un peque la cosa cambia, je je je. Besitos
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No te lo tomes todo a la tremenda Oscar, El español es pícaro por naturaleza, el poner excusas entra dentro de nosotros, no es que seamos mentirosos (bueno si, un poco si) Pero sin maldad, ademas de que nos lo tomamos como un juego.
Es cierto que todas las excusas de mundo están inventadas pero que muy bien eso que pensamos cuando no la quieren dar con queso «y eso que me dice me lo tengo que creer? Esta bien me lo voy a creer por que usted me lo dice, no por que en verdad me lo crea» 😉
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No me enfado ni mucho menos. Pero a mí que suelo pecar de sincero (así me va) me da un poco de rabia que la gente me mienta por defecto. Pero es que como tú dices, somos mentirosos, sin más. Un abrazo
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Jajaja eso del parqueo es muy famoso, mucha razón en lo que dices a veces creemos que tenemos la «mejor excusa » y resulta que no somos tan originales 🙂
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Sí, Eli. Pero reconozco que alguna vez también me ha pasado a mí, y antes de atender al público me pasaba mucho. Es curioso cómo aprendemos las cosas en función de que nos dediquemos a ellas o no… Besitos
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Jjajajajaja …en mi negocio, la excusa más usada para cancelar una reserva es la muerte de la abuela y la operación de la suegra. No quiero ni pensar cuantas veces las matan. Nosotros sabemos cuando es verdad y cuando no porque cuando lo es, llaman para informar y no entran en detalles, y cuando no lo es, llaman directamente para exigir la devolución de la señal ya que ha sido una causa de fuerza mayor. Si de verdad estás de duelo, eso es lo que menos te importa en ese momento. Recuerdo a uno que nos dijo «estáis anteponiendo el dinero a una persona, que inhumano» y le dijo mi marido: No soy yo el que está aqui pidiendo dinero en lugar de irse al entierro. (ese era uno que estando aqui, quería irse dos días antes)
La más divertida, la operación del gato jaja. también ha habido «me han robado en casa,me voy», «me llamaron del trabajo» o «se me ha roto el coche».
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Hay que fastidiarse, a cual más estúpida… Y algunos se pensarán que os lo creéis… Pero reconozco que matar al gato no es común, ese tiene el mérito a la improvisación, ja ja ja ja ja. Besitos
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Jaja si, se deben pensar que son los únicos que ponen esa excusa. Yo soy más original.. Uso a la suegra. Solo he tenido que cancelar una vez, y dije que la suegra no me dejaba viajar, cosa que era más o menos cierta. Seguro que esa no se la sabían.
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No te dejaba? Te tuvo retenida? Ja ja ja. Besitos
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Es una larga historia… Jajaja
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Ah y en un chino, había reservado para toda la familia pero la suegra decía que por dios como íbamos a comer en un chino en navidad (es que querían venir a mi casa todos y como no me daba la gana, les dije que al chino) y ella me dijo cancela que lo hacemos en la mía anda. Y les dije la verdad, que cancelaba porque la suegra no quería comer allí Jajaj.
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En un chino es normal. A mis padres y a mis suegros tampoco les metes en uno. Se quedan sin comer antes… Besitos
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Ya pero cuando tu sola te estás auto invitando a comer en mi casa, sin contar conmigo… Yo amablemente te invito al chino . Teniendo en cuenta que eramos 22 y yo me negaba un año más a comerne la organización, comida, limpiar etc. Vamos, que no es que fuera elección de todos, es que seautoinvitan a mi casa, y llega un día en el que te cansas.
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Jajaja, se autoinvitan? Hay que tener cara… Oye estoy pensando… ¡El año que viene hazme hueco que voy! Y si al final me invitas al chino, pues también me parece bien…
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¬¬
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¡Yo paso de la treintena y sigue siendo factible la excusa de estudiar! Además de otras muchas jajaja me ha gustado mucho esta entrada 🙂
Besos
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Ja ja. Pero a ti te sirve porque la darás acompañada de una sonrisa, y así te cuela cualquiera que pongas! 🙂 Besitos
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