Mi cerebro tiene una tara

Es así. Mi cerebro tiene una tara. Lo sé desde hace tiempo, y ya tengo mucho ganado, porque como dice mucha gente «el primer paso es reconocerlo». Al segundo paso nunca he llegado, porque todo el mundo se queda en ese punto independientemente de que yo lo reconozca o no. Así que no sé cómo continuar, y mucho menos cómo solucionar lo que me ocurre. El problema en sí es algo que me pasa de vez en cuando, no demasiado a menudo, pero que se convierte en un auténtico trastorno.

Cerebro dentroQuizá sea el único raro, o tal vez a vosotros también os haya pasado, como ocurría con el orden de los números, pero hay veces que tengo el recuerdo nítido en la cabeza de una situación que nunca ha ocurrido. ¿Os ha pasado alguna vez que no encontráis las llaves (por poner algo), que vuestra mente os saca a la luz el recuerdo de haber estado con ellas en la cocina y que eso nunca haya pasado porque están en el bolso desde que abristeis la puerta? Bueno, pues a mí sí, con situaciones parecidas. Me ha pasado con la cartera, el móvil, las llaves, con la mariconera… Hay veces que me he tirado horas buscando la cartera por la casa teniendo la visión de haberla utilizado en algún cuarto, y haber bajado al coche desesperado por buscar en todos los sitios en los que he estado ese día y… encontrarla a los pies del asiento del copiloto.

Pero el no va más me ocurrió ayer cuando fui al estadio a ver el partido del equipo al que estoy abonado. Llegué con el partido recién empezado y llamé por teléfono a mis compañeros de sitio para verificar que estaban allí ya. Con el frío, mis dedos han decrecido en anchura, y mi alianza está muy holgada. Y mientras hablaba y accedía a mi zona me bajé el anillo porque estaba empezando a trepar por el dedo. Ese es el recuerdo que tengo aún hoy. Al llegar a mi sitio me senté y todo transcurrió con normalidad, hasta que nuestro equipo marcó gol y decidí decírselo a mi hermano que no había podido venir. Me quité el guante y tuve la visión de mi dedo desnudo. Un susto me invadió y metí la mano de nuevo en el guante. No estaba. Lo busqué por la manta, por los asientos, por el suelo de mi fila, de la de arriba, de la de abajo… Nada. Cuando acabó el encuentro mis cinco compañeros de unieron a la búsqueda rastreando las siete filas de asientos por delante. «¿Pero tú estás seguro de que te lo has traído?», me preguntaron unas seis veces. «Claro, si me lo he ajustado mientras hablaba contigo…» respondí todas las veces. Era mi recuerdo, y me volvía constantemente a la cabeza. Vinieron los señores de seguridad al vaciarse el campo para ver qué pasaba y se pusieron a buscar con nosotros. Lo dejamos por imposible y me pasé por objetos perdidos. Me dijeron que no había nada pero que me pasara dos días después.

Allá iba yo triplemente compungido. Nuestro equipo no ganó, tuve a cinco personas buscando mi anillo y pasando frío para nada y me volvía a casa con un trozo menos de mí encima. Desde aquí les agradezco el detalle que tuvieron de estar ayudándome desinteresadamente con el frío que hacía. Estaba entre triste e indignado pensando cómo no podíamos haberlo visto si habíamos hecho un barrido considerable en al menos un cuarto de hora. ¿Quizá se lo llevó alguien? En casa vacíe la bolsa del trabajo y en la bolsa de la comida apareció el anillo. Debió caer dentro al sacar la cena que me llevé al partido. Me alegré, me avergoncé y me preocupé a partes iguales. ¿Cómo disculparme ante las cinco personas que me ayudaron, tres de las cuales eran desconocidas hasta ese día? Y lo más grave, ¿cómo puedo tener el recuerdo de algo que nunca tuvo lugar?

¿A vosotros también os ha pasado alguna vez eso? ¿Habéis tenido un recuerdo recurrente de algo que nunca ha ocurrido? ¿Soy raro? ¿Tengo el cerebro en las últimas?

81 comentarios en “Mi cerebro tiene una tara

  1. Es lo más normal del mundo, a veces se quedan grabadas imágenes en el recuerdo y no se actualizan con imágenes posteriores.
    A mi me pasó algo parecido. Un día en el instituto, estaba en clase y cuando quise echar mano a mi mochila no la encontré. Me puse nerviosa, me levanté y le dije al profesor que alguien me había quitado la mochila. Cuando todos estaban ya mirando debajo de sus mesas, me di cuenta de que había ido a clase ese día con los libros en la mano y los había colocado en el cajón de mi mesa. La vergüenza posterior fue mayúscula. Creo que eso pasa por tener la cabeza en muchos sitios a la vez.
    Un beso Oscar.

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    1. Vaya Sensi, mi cerebro y el tuyo seguro que se llevarían de maravilla… 🙂 Bueno, la ventaja es que hace mucho tiempo y nadie se acuerda de eso. Lo mío es reciente, y encima con padres de un amigo de mi hijo del cole!! Qué espanto!! 🙂 Voy a tener que dejar mi cabeza sólo encima de mis hombros, que bastante tiene ya, jajaja. Besitos corazón!!

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  2. La mente nos juega malas pasadas, me refiero a casos como este, a mi me pasa mucho, pero yo lo llamo despistes, tener la mente en otro lado. ¿Pero tara? No puedo considerarlo como tal, Suelo decir muchas veces (Y esto me pasa muchas veces, sobre todo cuando escribo) Que mi cerebro va muchos más rápido que mis manos por lo que ha veces pienso cosas que luego no hago por que rápidamente he pensado otra y la anterior mis manos no han sido capaz e realizarla, pero en mi cerebro se graba como que si que ha si lo pense y por consiguiente lo hice, cosa que después de volverme medio loco (Por que el otro medio lo llevo de serie) Me doy cuenta que no se hizo por que cambie de idea a la milésima de segundo, pero mi procesador va mas rápida que la memoria ram. Menos mal que en el disco duro queda todo grabado, solo hay que echarle tiempo y buscar el archivo en cinco mil millones de carpetas que están totalmente desordenadas. Una vez intente hacer un fragmentado del disco y acabe en un psiquiátrico con electrochoques y queme los fusibles del circuito eléctrico. 🙂

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    1. Jajaja, qué bueno Antonio!! Me parto, aunque que el hecho de que tu cerebro piense más rápido que tus manos es una virtud, no un despiste. Tienes que ensayar más el escribir o distraerte más a menudo, para compensar ambas cosas, jejeje. De todas formas, de tu magistral manera de pensar no tengo duda alguna. Lo veo a diario en tu blog. Un abrazo

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    1. Yo lo que creo es que vamos tan deprisa que nuestra mente va por delante de nuestros hechos, así hacemos cosas que luego no recordamos, pero que han sucedido. Tampoco soy psicóloga,ni psiquiatra, ni neuróloga. Hace poco me sucedió quedarme en blanco en algo que utilizo casi a diario. El fantasma del Alzheimer me vino a la mente, más cuando ha habido familiar cercano que ha sufrido esa enfermedad. Consultado el neurólogo dice es normal en momentos puntuales sin caer en ocultos fantasmas.
      Así que creo no debes preocuparte. Es mi opinión.
      Voy por la mitad de tu libro. Te comentaré al final. Un saludo.

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      1. Por la mitad? Lo estás devorando! Muchas gracias corazón. Espero tu opinión sincera, con sus puntos buenos y sus puntos malos. Bueno, yo lo del alzheimer también lo tengo grabado a fuego por un familiar directo en mi árbol… Solo que intento no agobiarme aún porque creo que soy joven… Besitos

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  3. A mi me ha pasado. Yo lo llamo lagunas mentales y las estuve trabajando con mi psicóloga. Al parecer son errores del cerebro: mezclas algo que hiciste y que es verdad (probablemente hace tiempo te ajustaste el anillo mientras hablabas por teléfono con ese colega), el cerebro lo registra pero a la hora de recuperar el recuerdo lo coloca en otro espacio-tiempo. Causa mucha angustia porque el recuerdo es perfectamente nítido pero tienes que hacerlo consciente y darte cuenta de que no es más que un error. Y por otro lado, mira, conociste a 3 personas nuevas que te ayudaron, conscientes de esa angustia que causaba la ‘pérdida’ del anillo.

    A mi la última vez que me pasó fue con mi palestina del cuello. Convencida que estaba en casa de los suegros, que me la tenía que haber dejado allí. La busqué por toda mi casa, por la de los suegros (que no entendían lo que era una palestina y no les sonaba absolutamente de nada). Y un día, abro el cajón donde guardo las bufandas para coger otra… y allí, la primera de todas, estaba la palestina. O_o. Te descolocas momentáneamente pero ya está. Arreglado. Ya tengo palestina otra vez ^_^. Solo ha sido un error cerebral, jiji.

    Un abrazo 🙂

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    1. Jajaja, bueno, me consuela saber que no soy el único al que le pasa y que además tiene un nombre científico, «error cerebral». Me da miedo que en uno de esos se me ponga la pantalla azul y no vaya ni para adelante ni para atrás… 😛 Gracias por la explicación, Hobbita, es muy interesante lo que me has contado. He aprendido mucho! 🙂 Lo bueno es que al final acabemos encontrando lo que hemos perdido, jejeje. Besitos!

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  4. Mira guapo, si tu cerebro tiene una tara, el mio es una tara en sí mismo, porque te iba leyendo y riéndome sola porque todo lo que cuentas me suena tanto que iba diciendo:-anda y a mi!, uy como yo!,joer a mi tambié me pasa!
    Pero es que yo podría añadir varias mas, las mas sangrantes son cuando mi hija me dice:
    -Mamá, dame los dos euros para la excursión…
    -Qué excursión?
    -La del cole a …..(el sitio que sea)
    -No me dijiste nada de una excursión.
    -Mamá te lo conté y me firmaste la autorización
    ……
    Y asi millones mas…
    Estamos con la cabeza no se sabe dónde Oscar!…..en un puñetero blog o sabe dios dónde

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    1. Bueno, pues bendita tu tara que ocupa toda esa maravillosa cabecita que tienes! Me alegro de que te sientas identificada, porque me hace ser menos raro, la verdad. Se me quitan las ganas de ir al psiquiatra… Lo de tu niña… En el fondo tú es que lo haces para que no se vaya de tu vera!! 🙂 Si es por protegerla… Es lo que tiene ser tan buena madre, Anita! 🙂 Yo, menos en su sitio, ya te digo que puedo tener la cabeza en cualquier lugar… Besitos rubiaza!

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    1. Bueno, lo importante es que al final acabemos encontrando lo que hemos perdido y no sabemos dónde está, porque es una faena de mucho cuidado, la verdad… De todas formas, lo tuyo ahora es normal, porque tu cuerpo anda revolucionado!

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  5. Dejá vus de ésos son normales y no indican enfermedad degenerativa ni tara innata algunas. Piensa en cuántas veces vivimos situaciones así, las imágenes se entremezclan sin ton ni son. A mí me pasó el mes pasado con las llaves. Las veía claramente en las manos del hombrecito de 1 año y ahí se perdía la pista. ¿las tenía cuando lo saqué de la sillita? ¿O ya no las tenía cuando lo entré en el portal? Por más que le preguntaba, él se limitaba a sonreír y no soltaba prenda. Al final resulta que las había metido en mi botín. Y de ésas…

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    1. Jaja, ya imagino a tu pobre peque diciendo para sí mismo: «Mamá, no entiendo nada, pero estás graciosa dando vueltas por todos lados, ¿puedo jugar contigo?». Es que es tan nítida la imagen que tengo de lo que supuestamente ocurre que a mí me resulta casi imposible pensar otra cosa, la verdad…

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  6. Es lo más normal del mundo. Un psicólogo te explkicaría lo de las atenciones prioritarias. Yo no sé hacerlo.
    Pero a mi me pasan tantas cosas como esas, que no sabría cómo contártelo. Por donde empezar.
    Hace poco llamé Cesar a un «colega»y aún no me explico como. Y

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    1. Gracias por la explicación de lo que es. Atenciones prioritarias… Tendré que indagar en el asunto, porque tú me has dejado en ascuas!! Seguro que tu amigo ese al que cambiaste el nombre lo tiene de segundo nombre y no te lo ha dicho nunca, jajaja. Aunque bueno, quizá no le haya importado, porque lo imagina dicho con tu salero y le importa poco… 🙂

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      1. Seguro que no se llama así. El mcerebro prioriza, y atiende a lo que considera más importante. Entonces hay cosas que, si hacemos a la vez, quedan fuera del almacenaje inmediato al menos, y cuando queremos dar cuenta…. Pues eso. No podemos.

        Le importó poco porque me va comprendiendo poco a poco y sabe que no es a maldad jajajajaja

        Un besito.

        (De segundo??? DISPARAAAAAAAA)

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  7. Maaadreeee, qué sustaco! Yo me pondría de los nervios, pero a base de bien!
    Es curioso lo que cuentas, porque a mi también me pasa (y últimamente muy a menudo). Lo peor es cuando lo llevo encima, y estoy dando vueltas por casa, vaciando bolsos, cajones… y sí! También me vienen esos «flashbacks» traicioneros que nada tiene que ver. Seguro que Punset habló sobre este tema fijísimo, jajaja («it’s amaaaaziiingggg!»), habría que verlo.
    En cuanto a tus compis: invitalos a unas cañas! mejor disculpa, imposible 😉
    Besotes! (y te ha tocado otra nominación 😉 )

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    1. Muchas gracias corazón!!! Luego me pasaré a ver las entradas!! Bueno, eso de pensar dónde están las cosas y tenerlas en las manos me pasa tan a menudo que me da vergüenza a veces, jejeje. Si te pasa muy a menudo últimamente será por «culpa» de los peques que nos vuelven majaras?? Besitos!!

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  8. Si tú tienes un cerebro con tara; el mío está directamente de rebajas en un outlet. Cuántas veces voy conduciendo y tengo que parar en el arcén porque no me acuerdo dónde voy!! O llamo a alguien por teléfono y me dice…pero si me llamaste ayer para contármelo!! Joe, y yo que creía que había sido un sueño. Y no cuento más porque se queda mi cerebro ahí, en el outlet, en el escaparate.

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    1. Jajajaja, me parto. Voy a ir a ese outlet a hacerme con él, porque alberga tal cantidad de cosas buenas que es imposible dejar pasar la ocasión. Natalia!! Me acabas de dar un subidón!! Lo de conducir me pasa no te imaginas cuanto… Me dice mi mujer «vamos al hipermercado», y 50 metros después, en la rotonda, cojo la salida para casa. «¿Se puede saber a dónde vas?» me dice. «Pues… A casa no teníamos que ir, ¿verdad? Es verdad, ¡al hiper!». Lo mío, te lo prometo, es de traca. Besitos corazón

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      1. Yo no sé si me parto….jajajajaajja, sí me parto. A veces me tiro cuarto de hora hablando con alguien, profundizando en el tema incluso. Y cuando se va le pregunto a mi marido. ¿quién es????

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        1. Jajaja, pero mira que eres agradable, jodía. Hasta con gente que no recuerdas quién es eres capaz de mantener un rato como si le conocieras de toda la vida… Si es que vales el triple de tu peso en oro!

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  9. Qué curioso que crees recuerdos nuevos, a mí nunca me ha pasado nada parecido. En borrar recuerdos a corto plazo si soy experta, pero aún no he creado ninguno. En verdad, si le das la vuelta a la tortilla, tu cerebro no tiene una tara, sino que tiene un superpoder. Creas recuerdos de la nada, eso es lo contrario de olvidar, míralo así, eres capaz de «desolvidar».
    ¡Un beso!

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    1. Muchas gracias Ana. Es la visión más positiva de cuantas he leído. Yo soy experto también en borrar recuerdos en general. No le hago ascos al plazo, tanto me da el corto, el medio o el largo, je je je. Tendría que «desolvidar» lo que olvido en vez de cosas nuevas que me sirven de poco… Te imaginas? Sería la caña!

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  10. Me pasa a diario. Nunca se donde dejo las cosas y me preocupa.
    Mi marido se desespera porque dice que soy un desastre, pero no lo hago a proposito…

    No se cuantas veces antes de abrir o cerrar la tienda tengo que buscar las llaves.
    Encima en estos bolsos que usamos las mujeres que no tienen fondo es muchisimo mas complicado encontrar algo 😊.

    Tranqui… no estas solo en esto.

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    1. Jejeje, gracias Gloan!! Bueno, me consuela saber que cuento con vuestra grata compañía en este viaje… 😛 Y tú no cierras la puerta y en 30 segundos vuelves porque no te acuerdas de si la echaste o no? Yo lo hago montones de veces… Besitos!

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  11. Tienes un caso grave de lo que yo llamo «cabeza de pollo», pucha, pero lo importante es que lo encontraste y que dedo ya no estará más desnudo : D Pero, si sugiero aceptar que tienes este síndrome y hacer algo al respecto, o lo que yo llamo a: estar siempre con ALARTE PERMANENTE haha Cariños!

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  12. No sé si será raro o no, pero a mí me pasa, en esos casos y otros más complejos. Hay veces que tengo un recuerdo completamente nítido de una conversación concreta con alguien. Y al cabo de los días, hablando con esa persona, me dice que esa conversación no ha existido… Así que entiendo perfectamente lo que te ocurre y sé que a veces juega muy malas pasadas.
    Parece que nuestra mente nos lleva gran ventaja, jeje.
    ¡Un saludo!

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    1. Lo tuyo es considerablemente nivel avanzado… Una conversación? Tu mente es demasiado privilegiada, esa sí que va por delante de verdad. Lo malo tiene que ser darte cuenta de que no existió, te quedarás un poco rara… Muchas gracias por pasarte y comentar! Besitos

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  13. El cerebro juega muy malas pasadas y le gusta jugar. Es parecido al fenómeno tan conocido llamado deja vu. No es que lo hayas vivido anteriormente, la explicación se encuentra en la teoria del doble procesamiento. Primero al percibir un estimulo ese sistema lo recepciona ( a través de la vista, oído, gusto, olfato) y posteriormente es el sistema de la familiaridad donde se percibe si ese objeto es conocido para el sujeto. Cuando se produce un deja vu es cuando cuando por una milesima de segunda se activa el segunda sistema (familiaridad); antes que el de los sentidos, dando lugar a esa experiencia de haberlo vivido.

    P.D: Yo por mi alianza también haría buscar al estadio entero 😉 Conozco ese miedo y desasosiego por perder algo tan importante.

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  14. Uff a mí me pasan estas cosas… Y también hacer cosas por inercia y no recordar haberlas hecho, y luego tener que comprobarlo. Y mirar constantemente si he guardado el móvil y la cartera, casi que por este orden jajaja, porque recuerdo haberlos usado pero no haberlos guardado… Ay, si es que no se pueden tener tantas cosas en la cabeza!

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  15. Por lo menos hay una parte buena, y es que no perdiste el anillo. Si te sirve de consuelo, a mí también me ha pasado alguna vez alguna cosa rara de estas y he pensado lo mismo que tú… No sé qué fallos se producen en las conexiones que nos juegan estas malas pasadas. Mientras sean por cositas así podemos estar tranquilos. Besos

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  16. ¡Hombre que si me pasa! Podría ponerte mil ejemplos, pero uno de los más tontos, y con el que más tiempo pierdo es con mis gafas. Tengo unas gafas para lejos y me las quito constantemente, para leer, para estar con el ordenador… (Hasta en eso soy raro, que toda la gente necesita gafas para lo que yo necesito quitármelas). bueno, pues las voy dejando por ahí, pero NUNCA me acuerdo dónde. Y me paso mucho tiempo buscándolas. Es cierto que tengo sitios específicos, pero siempre consigo sorprenderme a mí mismo «¿Cómo coño he sido capaz de dejar las gafas ahí?
    Por ese particular… tú tranquilo.

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    1. Jejeje, bueno, eso lo hago yo con las llaves. El móvil he aprendido a tenerlo en el bolsillo y que no salga de ahí porque antes cuando me pasaba me llamaba y nunca oía nada: consecuencia de tenerlo constantemente en modo vibración. Bueno, las gafas son una constante, a mi mujer también le pasa, la verdad… Un abrazo!

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  17. Muy bueno!!! Claro que me ha pasado. Muchas veces. Pero tú has tenido suerte, y has encontrado el anillo. Yo, hay cosas que aún las sigo buscando. Y he recorrido infinidad de veces, los sitios donde yo creía haberlas extraviado. Y seguramente, ni he pasado por ellos! Je, je.

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    1. Ay pobre… De momento por suerte he conseguido encontrar todo lo que he ido perdiendo y que mi mente se ha empeñado en colocar en otro sitio… A ver si tienes suerte y acabas por encontrar lo que te falta Gloria! Besitos.

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  18. Yo es que creo que sólo tengo medio, el de la parte del lenguaje. El del entendimiento, o no lo tengo o está atrofiado. Cada vez entiendo menos cosas y aunque a mí me parexca estar escucando, no se me queda nada….A ver qué hacemos.

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