Carta de un hijo a sus padres

Querido papá / querida mamá.

Soy un niño. Mi única preocupación es jugar. Jugar, reír y hacerte partícipes de mis juegos y la felicidad que me reportan. Yo no entiendo de hipotecas, pagos o responsabilidades. No entiendo de horarios, citas, ni obligaciones. No entiendo de dónde salen los juguetes, la comida o los libros. Ni tampoco cómo mi ropa sucia aparece limpia en mis cajones. Y por supuesto no veo el peligro en nada, de hecho esa palabra no figura en mi vocabulario.

SobreYo solo entiendo de fantasías, personajes e historias imaginarias. Solo quiero divertirme, inventar y descubrir. Pero por encima de todo pasármelo bien y jugar. Para mí todo lo que hago es un juego. Experimento con cualquier cosa que me voy encontrando en el camino, intento sacarle partido para jugar, y si no lo logro lo dejo porque no me interesa. Y lo dejo donde me encuentro, no en su sitio, porque ni siquiera recuerdo de dónde lo cogí.

Por eso, si utilizo como confeti esas facturas que dejaste accidentalmente a mi alcance, no es que quisiera destruirlas para fastidiar; juego a celebrar mi cumpleaños. Si cierro las puertas cuando vienes a buscarme con prisa para vestirme porque llegamos tarde a un sitio y me río mientras pongo resistencia, no es que quiera tocarte las narices —ni siquiera llego—; juego a que no me encuentres y no me cojas. Si cuando me has puesto un zapato yo aprovecho para quitármelo mientras me pones el segundo, no quiero hacerte llegar tarde; quiero que me hagas –otra vez— cosquillas en los pies mientras me los pones.

CartaCuando busco entre los cajones ropa que me guste y revuelvo todas las camisetas para coger una y me calzo zapatos unas diez tallas más grandes de la que me corresponde, no pretendo desordenar los cajones ni desparramar tu calzado, ni tan siquiera deshacer todo lo que te ha llevado horas planchar y doblar; solo quiero jugar a ser tú, disfrazarme de ti y para ello tengo que elegir la ropa más adecuada. Además, a veces te he visto a ti hacer cosas similares cuando me llevas de compras. Cuando estamos en las tiendas no quiero tirar las cosas para que te regañen, solo quiero sentir en mis manos todas esas cosas que me llaman la atención. Cuando cojo pinturas y coloreo la pared no quiero hacerte tener que pintar toda la habitación de nuevo; es la forma que mi creatividad tiene para expresar el mundo de color que se dibuja en mi mente. Cuando salgo corriendo sin avisar no quiero asustarte acercándome a la carretera; solo quiero explorar el mundo que me rodea, para mí todo es nuevo e interesante.

No, no hago las cosas por fastidiar, por molestar, ni por enfadarte. Solo pienso en jugar, solo, con amigos o contigo. Solo quiero que me veas, que estés a mi lado y me acompañes, que me des tu cariño y que me hagas caso. Por eso cuando creas que te reto, que te enfado a propósito, o que pruebo tus límites, lo único que en realidad quiero es que me dediques tu tiempo, aunque sea riñéndome. Esa también es una forma de ganarme tu atención. De todas formas, en unos minutos lo habré olvidado y te seguiré queriendo igual. Porque soy un niño y olvido pronto.

Con cariño, tu hijo / hija.

92 comentarios en “Carta de un hijo a sus padres

  1. Es cierto. A veces perdemos innecesariamente la paciencia con nuestros hijos, sólo es cuestión de pararse un instante, reflexionar y disfrutar de ellos. Y yendo un poco más allá, y esto lo digo como profesor, ¿no es la escuela un mero ejercicio de contención contra la plena libertad de ser y aprender? Ahí lo dejo.
    Grandísima entrada, amigo Óscar.

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    1. Muchas gracias! Ciertamente es que cuando no hacen caso nos enervamos enseguida, pero nos cuesta pensar sólo en jugar porque tenemos demasiadas obligaciones. Ellos sólo conocen la diversión y es lo que les hace felices. Y muchas veces convendría ser un poco más niños y disfrutar con ellos. Depende del profesor, la escuela sí que es contención. Y más que contención, encauzamiento, porque ahí te indican qué debes aprender y qué no. Te van llevando por un camino que quizá tú no quieres tomar. Buena reflexión. Un abrazo

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  2. Jajajajaja Diossss! Pero qué buena! Estás describiendo mi día a día con el Nano! Los niños son la leche 🙂 La verdad, como describes muuuy bien, los niños solo quieren jugar y ser felices. Así que en esas situaciones, yo le sigo el rollo, y lo disfruta más. Me hace confetti con apuntes míos o partituras? Le dejo, y ya volveré a hacer otra fotocopia. Que me coge todo lo que le llama la atención en el supermercado? Le dejo y comento con él las elecciones, ya las volveré a poner en su sitio. Que se quita los zapatos? Me hago la impersionada y le digo «vaya! Eres un mago!» etc etc etc
    Veo su carita de satisfacción de «mami está jugando conmigo», y eso es impagable 🙂 Me gustó mucho, muchísimo este post! Besotes!!

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    1. Muchas gracias! Es que ellos no entienden de algo que no sea pasárselo bien y jugar. El problema del confeti es que lo haga sobre algo que no puede reponerse tan fácil como con una fotocopia, jejejeje. Vamos por el mundo con mucha prisa y cuando coge las cosas del supermercado nos crispa porque tenemos que tardar poco y no podemos entretenernos a jugar con lo que hacen. Es un poco triste, pero es el nivel de vida que tenemos. Besitos.

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      1. Lo de las facturas .y documentos importantes.. procuro que estén fuera de su alcance (y de la vista, jeje). Lo del supermercado: antes sí que iba a toda prisa etc. Pero me dí cuenta que me estaba perdiendo algo. Así que últimamente me implico en sus juegos, y da igual si llegamos tarde. (ya podría aplicar esa calma con el resto de tareas que hago, jajaja) Besotes!

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        1. Haz una entrada donde nos cuentes tu secreto para la calma en el súper, por favor!! 😉 Qué difícil es comprar con dos enanos y una mamá acelerada que mientras compra piensa las comidas de la próxima semana, además del gasto de la compra, lo que le queda por hacer y el poco tiempo que tiene para ducharles y hacer la cena antes de que llegue la hora de acostarles… Si me estreso hasta yo escribiéndolo!! 🙂

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  3. Sabes me has traído a mi memoria mil cosas que hice de niño y que tuvieron sus consecuencias Jajajaja. nada agradables para mis posaderas que luego les costaba tomar asiento cómodamente. Así que cuando fui padre y mis hijos hacían alguna de las suyas (Que las siguen haciendo pero ya no son unos niños) Mi mujer se ponía en cinco uñas con ellos y les soltaba el clásico ¡Cuando venga tu padres os vais a enterar de lo que es bueno! Su padre llegaba (O sea yo) Y que les podía hacer, si como le decía a mi mujer, que quieres que les riña o los mato. Si yo he sido mucho peor que ellos como les voy a hacer o decir algo de lo que yo mismo recriminaba a mis padres. Jajajajaja. Que tiempos aquellos de niños.

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    1. Menuda pieza has tenido que ser tú, Antonio, para echarse a temblar, jejejeje. Aunque sí, es cierto que a menudo tenemos que reñir a los niños por cosas que hacen que, aunque nosotros también las hiciéramos, sabemos que están mal, y es lo que hay que enseñarles, lo que está bien y lo que no. Un abrazo

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      1. En eso estoy de acuerdo contigo, pero atemorizar no es una forma de educación, y antes era temor lo que podías llegar a sentir con que solo te dijeran prepárate cuando venga tu padre veras, vas a saber lo que es bueno. Y lo que aprendías no era nada bueno, te lo digo yo y mis costillas lo corroboran.

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  4. Pero cuánta paciencia tenéis, eso está muy bien. A ver si me regaláis una poca para que pueda disfrutar más de los momentos de crisis para mi, y momentos de esparcimiento para ellos.
    Muy bonito lo que has escrito, es verdad, no hacen las cosas por fastidiar, aunque es lo primero que te viene a la cabeza.

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    1. Paciencia? Qué es eso? Yo esto lo pienso en frío, cuando las cosas no ocurren. En el momento de hacerlas me suelen crispar los nervios porque voy con prisa o me entretienen más de lo habitual y a la tercera petición de que me hagan caso les grito… Es difícil ser padres, Sensi!

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    1. Gracias!! Encantado de que te la tatúes, aunque lo mismo no te sirve de mucho porque en general, en caliente estas cosas se olvidan. De hecho, yo creo que va en función del tiempo que tengas libre para hacer las cosas y dedicarles… A más estrés, menos aguante. Besitos.

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  5. Fantástico. Me he emocionado y todo. Justo es así. Y les gritamos y no tenemos paciencia y no les explicamos nada. Y lo peor, gritales y no tener paciencia y no explicarles nada, son fallos humanos y provocados a veces por todo lo negativo que tenemos en nuestra vida. Podemos hacerlo. Lo peor es que lo hagamos, y no les pidamos perdón, y nos les contemos que mamá o papá se han equivocado con él, y que lo sienten mucho de corazón.

    Gracias por la carta.

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    1. Gracias a ti por tus palabras, Loren! La presión a la que el entorno nos somete nos lleva a lo que dices: gritos y falta de paciencia. Ellos no lo comprenden, y la vida le hará que lo entiendan dentro de 30 años, cuando sean los que tienen encima la presión y el agobio del día a día: trabajo, pagos, recibos, compras, comidas…… Por eso yo creo que cuando uno de los dos en una pareja no trabaja y puede dedicarse completamente a los niños la cosa funciona de otra forma. Tienen un nivel de estrés menor y lo viven más empáticamente. Besitos.

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  6. ¡Wauuuuuu! No sé si hoy estoy mas sensible, pero me ha llegado… y mucho. Es precioso; con toda la razón del mundo. No nos damos cuenta de la gran verdad que cuentas; solo pensamos en regañar y regañar, en decir «esto esta mal», etc… Tu nivel de empatia llega a sorprenderme y mucho, tu capacidad para empatizar y entender las emociones de un niño.

    Increible…

    ¡Un millón de sonrisas Oscar! 😀

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    1. Muchas gracias guapísima! Y gracias por el RT! El problema es que vivimos con tanto estrés, tanta prisa y tantas cosas que hacer encima que no podemos permitirnos parar un segundo a pensar qué sienten ellos y por qué hacen lo que hacen. Generalmente no son conscientes de las cosas, su único fin es ser felices y para ello la mejor manera que tienen es el juego. Y cualquier cosa les sirve, aunque no sepan que puede ser importante para un adulto. Besitos!

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  7. Hay que frenar y acompasar el ritmo de la mente y de los relojes al tiempo infantil, porque es un tiempo que vuela y no vuelve y hay que disfrutarlo al máximo. Todas las cosas que has citado es bastante fácil hacerlas si les regalamos tiempo, el mejor regalo que les podemos y nos podemos hacer. ¡Preciosa entrada, Óscar! 😉

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    1. Gracias martes. Tú has sabido captar estupendamente la esencia: dedicarles tiempo. Ese tiempo que no se tiene debido al trabajo, tareas domésticas, comida, compras, economía, planes, problemas, salud… Todo nos acelera, nos estresa, nos vuelve un poco más irascibles y hace dure nos enfademos rápidamente. Yo estoy en continua lucha conmigo mismo para evitarlo, y no es fácil. Quitar tiempo a otras cosas para dedicárselo a nuestros hijos. Cuando nos demos cuenta de ello será demasiado tarde. Besitos

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      1. 😀 😀 😀 ¡No, hombre! que no iba por ti. Solo es que como siempre hablamos de los tópicos de los funcionarios… Perezosos hay en todos lados, si no hubiera tantos las cosas marcharían mejor.

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        1. Efectivamente, si no hubiera tantos. Pero muchos se creen que el trabajo es sacarse la oposición y no es así. Eso ta da una serie de privilegios, pero trabajar eficientemente hay que hacerlo como lo hace todo el mundo… Besitos

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          1. En los trabajos, además de los perezosos, están los pelotasfuera, que son del mismo tipo, pero encima se cuelgan las medallas del trabajo ajeno.
            En fin, que somos un zoológico humano importante 😀 😀 😀

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  8. Qué gran carta Óscar !! Las prisas y los nervios a veces nos ganan a todos en algún momento , yo «trato» de no apurarle en algunas cosas y suelo dejarla explorar en lugares seguros , le encantaba sacar cosas de los gabinetes de la cocina y aún lo hace jajaja pero la verdad siempre la he dejado

    En fin nadie ha dicho que sea fácil esto de ser padres pero ayuda bastante ponerse en su lugar como lo has hecho con esta carta

    Besos

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    1. Gracias Eli! La verdad es que en ocasiones a complicado no perder la paciencia y darles un grito, pero generalmente intento hacerlo cuando se pelean y se hacen llorar entre ellos… Como dices, nadie dijo que fuera fácil! Besitos

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  9. Desde muy pequeña pude pensar tal como ésta carta, me veía necesitada de la atención de mamá (en mi caso) y muchas veces al decir algo así me veía rechazada con un «estoy ocupada, ven después»… Comprendo desde ya que cuesta dedicarle tiempo a los hijos y quizás no sólo a eso, pero más grande espero brindar o mejorar lo que yo sentí como vacío. Claro, admiro y me siento orgullosa por mamá, porque al final sino fuera por eso no estaría tan bien como ahora. Pero así como tienen espacio para otros asuntos, así deberíamos (en algún momento de mi vida) darles toda la atención a los hijos.

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    1. Cuando tenemos hijos intentamos hacer nuestra vida (en general) para darles todo lo mejor y dejarles todo lo que podamos cuando nos vayamos. El problema es que eso nos hace perdernos muchas cosas cuando son pequeños y no dedicarles la atención que necesitan por algo que no han solicitado. De mayores agradecen (algunos, no todos) el esfuerzo y lo que les dejas, pero la pregunta es si compensa con lo que perdemos todos en la niñez de los pequeños. Besitos

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      1. Pero tod@s fuimos niñ@s. Por tanto sabemos de sobra qué no nos gustaba que no hicieran nuestros padr@s con nosotros.

        Nos movemos sobre terreno seguro, teníamos que ser capaces de ser buen@s padr@s. Pues nada, se nos ha olvidado todo de la infancia y sus avatares. Tendremos memoria de membrillo, supongo. Eso sí, Estudio Estadio, canal + y tele 5, desde el año 0 hasta hoy 🙂

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        1. Jajaja, bueno, sobre la memoria yo no puedo hablar, Dori es un cerebrito comparado conmigo, la verdad… Pero sí, a veces es más fácil echarse a perder con lo fácil de la telebasura y prestar menos atención a las cosas realmente importantes de la vida…

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  10. Esta carta seguro que le ha servio a muchos padres para saber que es lo que sienten sus hijos cuando hacen cada una de las cosas que nombras, es lo que se llama la empatía. Pues sí, un niño no piensa como nosotros, evidentemente, piensa en juegos, en pasárselo bien, en divertirse, reír y sobre todo en que sus papás le hagan caso. Son inocentes, esa inocencia que a los adultos nos encanta, pero que a veces nos crispa también, pero hay que entenderlos desde el punto de vista de su mente diminuta. Muy bonito. Besitos

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      1. Sí pisáramos el freno y disfrutáramos más de esas pequeñas cosas, por ejemplo cuando cuentas lo del cole, pues mira levántate un poquito más pronto y tienes tiempo de jugar un poquito con tu hijo. Pero bueno ahora muchos padres viven por y para el trabajo y apenas tienen tiempo para estar y disfrutar con sus hijos, es una pena la verdad.

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        1. Y sabes qué es lo paradójico? Que muchos lo hacen para conseguir o tener lo mejor (o lo que creen que es mejor) para sus hijos. Los mejores juguetes, los mejores aparatos, los «mejores colegios»… Cuando en realidad se pierden los mejores momentos de su vida. Estos son años que jamás volverán. Besitos

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          1. Pues sí tienes razón, lo he visto trabajando durante años con niños, los padres le dan todo lo material a los niños y los niños lo único que buscan es atención, es muy triste. Yo es que no soy nada materialista y espero trasmitirle eso a mis hijos, porque creo que otras cosas son más importantes en la vida.
            Besitos.

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    1. Muchas gracias. Me alegro de que te haya gustado. En realidad, los pequeños se conforman con poco para ser felices. Les basta con que les dediquemos tiempo y cariño. Besitos

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  11. Sólo Bravo ,me as echo caer alguna lágrima es la realidad y los niños son niños .y yo como madre pido mucho amis hijos y algunas veces olvidó que son niños .muy buena carta para que no olvidemos eso niñez .gracias

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    1. Muchas gracias, Paqui. Es una entrada muy emotiva, y creo que la más leída. Es como siento la paternidad con mis pequeños, incluso me emociono yo cuando la leo! 🙂 Me alegro que te haya gustado y que la puedas tener presente. Gracias a ti por pasarte, leerme y escribirme. Un abrazo!!

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