Historias de hospital

Antes de irme de vacaciones tuve que pasar 7 horas de mi vida en la sala de espera de un hospital por un dolor de espalda. Durante ese tiempo poder ver muchas cosas y ser consciente de lo que había a mi alrededor. Básicamente me encontré gente muy enferma, y a menudo pensaba que lo que tenía yo no era nada comparado con lo que había por allí. Vi dolores de todo tipo, heridas a causa de una reyerta un golpe a mano abierta en un cristal (¿estamos tontos?), niños pequeños que se convirtieron en héroes para mí por la cantidad horas que aguantaron sin llorar ni montar un espectáculo, presencié (lástima que no desde el principio) una bronca entre dos mujeres por un problema con uno de esos niños e incluso me dejé hablar por un vigilante chulo y prepotente que alardeaba de lo importante que era su presencia y que agachó la cabeza en un enfrentamiento que hubo enfermera-ciudadano (amigo del chico de la reyerta del golpe en el cristal) y que no hizo nada por defender a la mujer (¿compañera? que además tenía razón; en este momento me pregunté por qué se le está pagando un sueldo a ese individuo).

Móvil pegadoSin embargo, en mis entradas y salidas a la sala de espera aguardando que se vaciase poco a poco de gente hasta que me tocase ser llamado, presencié algo que me llamó mucho la atención. Y lo hizo por curioso y por triste a partes iguales. A tenor del estudio visual que realicé de ellas (lo suficientemente lejos como para que no vieran que las observaba pero tampoco para entender qué decían), deduje que eran dos hermanas porque ambas mujeres tenían facciones similares. Así es mi forma de sacar de conclusiones, nada precipitada y basada en estudios pormenorizados.

Estuvieron bastantes horas por allí, como yo. Y de vez en cuando salían de la sala de espera o entraban de la calle al rellano para charlar. Y las conversaciones, durasen lo que durasen, siempre eran iguales. Una de ellas, mirando a la otra para contarle cosas o para escuchar lo que decía. La segunda, mirando al móvil que algún ser malvado había pegado a su palma con Super Glue 3 y del cual no podía separarse por más que lo intentase (como aquella mujer a un móvil pegada). Super glue 3Bueno, la verdad es que no lo intentaba, pero seguro que lo tenía pegado. Por eso sólo podía mirarse la mano en la que tenía el teléfono de forma constante, mientras ¿escuchaba? lo que la otra mujer le decía, y mientras respondía ¿coherentemente? a lo que la otra mujer contaba.

¿Cómo podía ser capaz de no levantar la vista ni una sola vez? ¿Serían hermanas o hermanastras? ¿Habrían sido separadas al nacer? Parecía imposible que ambas hubiesen salido del mismo ámbito familiar. ¿Serían amigas? Eso explicaría que una fuese educada y la otra tuviera menos vergüenza que un gato en una matanza. Fueran lo que fuesen, ¿por qué la señora no tuvo la educación suficiente de dejar el móvil mientras hablaba con su acompañante? Tan desagradable era la conversación que estaba manteniendo con ella? ¡Si hasta en ocasiones se reía! Cada día se habla más de la movildependencia que tenemos en todos nuestros aspectos, y parece que la cosa va siempre a peor. No ya porque el nivel de adicción va en aumento, que eso ya es un problema en sí grave, sino porque el nivel de educación va disminuyendo en la misma proporción.

¿Y tú? ¿Eres de los que habla con un ojo en el móvil y el otro en la persona? ¿Eres de los que en las conversaciones se aíslan para usar el móvil o de los que detesta a la gente que hace esto? ¿Qué otras cosas te curiosas te han ocurrido en una sala de espera?

89 comentarios en “Historias de hospital

  1. El movil lo suelo llevar en vibracion y luego mi marido se enfada porque no le cojo el telefono a la primera… me molesta que la gente ande con el movil cuando esta con mas gente, lo puedo entender cuando estas solo o en un momento que no estés participando de un encuentro social… pero cada vez es mas raro esto ultimo. Me puedo tirar toda la mañana y toda la tarde sin hacer caso al dichoso guas y a las múltiples chorradas que pululan por el. Si que es una falta de respeto hacia las personas que te rodean estar pendiente de algo que no sea a tu interlocutor.

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    1. El problema es que ya nadie respeta nada ni a nadie… Lo más usual en un encuentro entre varios es que cada uno esté mirando a su teléfono. Tan cerca de sus acompañantes y a la vez tan lejos… A mí con el móvil me pasa igual. Siempre lo tengo en vibración para no molestar en el trabajo, y cuando menos caso le hago es cuando me llaman, generalmente mi mujer. Besitos

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  2. Yo paso del movil . Estamos en un mundo donde casi el 100/ prefiere el movil, sin importar quien tieme a su rededor. Oscar Pasate la entrada que Reblogue tuya, te dejaron un mensaje dirijido a ti. Saludos y felizdia.

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    1. Muchas gracias Junior. Ahora mismo voy. La verdad es que la sociedad vive cada día mas absorbida por el móvil, y si no hay tareas que nos inciten a usarlo nos las inventamos. He visto a gente usar el móvil mientras lo cargaba en un enchufe en una estación de tren. Lamentable… Un abrazo

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  3. ¿Sabes que ocurre, Oscar? Que la del móvil estaba leyendo tu blog y, claro, la pobre escuchaba solo con una oreja, porque toooodaaaa su atención la tenía puesta en ti.
    Y ahora en serio, cuando presencio una de estas escenas siempre me acuerdo del refrán que dice: «La culpa no es del chancho, sino del que le rasca la espalda.» Si cada uno de nosotros dejara de hablar o dejara plantada a la persona que en lugar de dedicarnos un rato de su tiempo tontea con su móvil, verías como la cosa mejoraba. Yo lo hago, y las personas que quedan conmigo ya saben que no me ando por las ramas: o tu móvil o yo, ¡elige!… Y ahora que lo pienso…¿será por eso que últimamente solo salgo con mi perro? 😀 😀 😀 😀

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    1. No me consta que sea seguidora, jejeje. Tienes toda la razón. Lo que pasa es que a la mayoría de la gente le da un poco de vergüenza decir eso o darle un toque de atención a su interlocutor… Pero actúas más que correctamente. Lo que me sorprendería es que tras tu aviso la gente no te eligiera a ti. En el hipotético caso de hacer algo similar, elegiría tu compañía sin dudar. No hay nada virtual que pueda igualar eso. Besitos

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  4. Me gusta como escribís, es hipnótico. Y es original tu estilo de preguntarle al lector. Impide escaparse, nos involucra. Recordaba cuando iba a hospitales. Lo que más recuerdo no es gracioso. Una mujer con algún problema mental, vieja, arrastrando una pierna que supuraba; la mandaban de guardia a recepción y de ahí de vuelta escaleras abajo a guardia. Pregunté si no tenían un equipo de psiquiatría y la recepcionista me miró sorprendida. Fue en un «buen» hospital de Buenos Aires. En una sala de espera hace poco había unas 6 personas más, todas mirando su móvil. Me enteré que una mujer iba al ginecólogo, hablan alto como si estuvieran solos en el mundo. Una chica sostenía un libro abierto con su mano derecha y con la izquierda sostenía el móvil, creo que jugaba algún jueguito. Tengo el móvil en mi casa por cuestiones de trabajo, no lo saco a la calle; y le dije a mi socio que si cuando viene a mi casa suena el suyo se lo tiro por la ventana.
    Me conoces, si quieres podrías visitar mi nuevo blog.
    Un abrazo

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    1. Hola pajuerano! Muchas gracias por tus palabras. Me alegra conseguir mis objetivos, sus no son más que entreteneros y haceros partícipes de las historias. Que pena lo de la mujer que cuentas. Seguro que si hubiera sido la madre de alguno de ellos no les habría hecho ninguna gracia ese trato. Me quema que ja gente no sepa ponerse en la piel del otro aunque sea un segundo… Lo otro que me cuentas, me lo creo totalmente. Es triste, pero es así. La que más gracia me hace es la del libro y el móvil. Supongo que tiene el libro para disimular… Muchas gracias por pasarte, por comentar y por seguirme. Me pasaré por tu blog! Un abrazo

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      1. Ya no espero que los empleados públicos entiendan que en cualquier segundo podrían estar en el el lugar de aquel a quien maltratan. Ya bastante castigo es el sueldo a cambio del cual venden su alma.
        No creo que muchos compatriotas compartan mi sentimiento, pero yo estoy muy feliz porque un dictador y un ex presidente-emperador nuestros terminaron sus días sin poder ni amigos. Me pongo en el lugar de ellos y entiendo sus infiernos en la Tierra.. y lo disfruto.
        Abrazo fuerte

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  5. Durante los últimos quince años el móvil por motivos profesionales era un apéndice mio mas, hoy lo uso dos veces al día como mucho para revisar las llamadas y poco más.
    Es algo que creo que perjudica a la salud mental.

    Saludos

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    1. [La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE), reunido en Kiev en su
      Comité Permanente, pidió hoy a los gobiernos europeos a adoptar “todas las medidas
      razonables” para reducir la exposición a campos electromagnéticos, incluyendo las
      radiofrecuencias que emiten los teléfonos móviles, “y
      en particular la exposición de los niños y jóvenes, para quienes el riesgo de tumores de la cabeza parece mayor“. (…)] http://www.peccem.org/DocumentacionDescarga/Legislacion/Resolucion_A_P_Consejo_Europa_27_05_11_prensa.pdf

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        1. Debo confesar que yo fui pobre decoroso (nos llamábamos «clase media baja»). De niñito armaba escenarios con hilos, latitas y miniaturas que venían en un chocolate. Viajaba mucho mentalmente y llegué a adulto con una imaginación descontrolada.
          Mando otro enlace. http://www.peccem.org/DocumentacionDescarga/Legislacion/IARC.WHO_31.05.11_cast.pdf
          No es suficiente que tú y tu familia os alejéis del electromagnetismo tocable, ¿reconoces las antenas que te muestro a continuación?

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        2. NOS DEBES UN RELATO DE TU EXPERIENCIA «Hijos sin SmartCosas».
          A menos que seas amish, tus hijos están bombardeados per-ma-nen-te-mente por la publicidad. ¿Cómo manejas la situación? Tus hijos ven que todos los demás tienen engendros con lucecitas y ellos no.
          Acá apareció una publicidad de móviles dirigida a niñ@s de unos 12 años. Algo que debería ser ilegal.

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          1. Mi pequeño tiene cinco años, y cuando va con amigos del cole sus padres no les dan aparatos, afortunadamente. Los usan en casa. Yo en casa prefiero pintar, jugar con ellos, tienen ordenadores infantiles donde aprenden a formar figuras con mitades, letras, palabras, números… A eso sí que juega. Pero sí, es buena entrada es que propones.

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            1. No soy no hippie ni lo otro que me dijiste antes. No se aburren porque es lo que ellos eligen. Juegan con muñecos, con construcciones, con pinturas… Yo de pequeño no tenía tablets, ni móviles, ni consolas y no me aburría. Es cuestión de no crearse necesidades. Si les creo la necesidad de entretenerse con un aparato de esos, lo necesitarán para no aburrirse. Si les creo la necesidad de jugar al parchís, a la oca, al dominó, necesitarán juegos de mesa para no aburrirse. Creo que hay muchas alternativas al iPhone y al iPad. Va en gustos.

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                1. Pero no sabrá lidiar con las opciones que desconoce. Podrían atraerlo los cantos de sirena. Puede terminar siendo narcotraficante, empleado público o fan de Justin Bieber.
                  Papá no era muy intelectual pero era un buen policía, ni siquiera me golpeaba.
                  Aprendí a escribir con la ayuda de las torpes maestras que me tocaron en mala suerte.

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    2. Yo estoy convencido de que la perjudica, efe. Y lo peor es que cada vez hay más adictos y durante más horas. No hablo por motivos profesionales, eso en cierto modo es inevitable. Me refiero al ocio. Los enganchados son por ocio… Un abrazo

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    1. Por lo menos pides permiso! Yo he tratado con alguno que me ha hecho lo mismo… Y yo es que debo ser raro, pero me da vergüenza hasta coger las llamadas cuando estoy hablando con la gente… Besitos!

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  6. Como me molesta lo del móvil!!! Una vez estaba tomando un café con una amiga que no dejaba el móvil y le envíe el siguiente whatsapp: » la próxima vez cada una se prepara un café en su casa y hablamos por whatsapp» Su cara al leerlo fue un poema, pero conseguí que dejara el móvil jajaja

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    1. Es que tiene narices… Quedas con alguien al que hace tiempo que no ves para estar un rato juntos hablando de lo que sea y lo único que haces es verle la frente y estar con su aura… Vaya tela! Al menos lograste tu objetivo, pero la próxima vez que quedéis, sin móviles 😉 Besitos

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  7. Yo suelo llevar el móvil en modo vibración. Cuando estoy con alguien acostumbro a prestar mi atención a la persona con la que estoy y el móvil, salvo alguna excepción, se queda en el bolso. Me parece una falta de respeto estar con alguien y estar pendiente de las redes o de mensajes tontos, y me gusta que cuando estoy con alguien haga lo mismo.
    No sé si soy muy exigente, pero me gusta que sea así.
    Un abrazo!!

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    1. Creo que lo que eres es muy normal y con el mínimo de educación que se le exige a una persona adulta, vaya… Es un poco feo que alguien esté a tu lado y no te haga ni caso. Sobre todo porque te quedas con la sensación de perder el tiempo… Besitos

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  8. Yo reconozco que paso mucho tiempo con el tlf. Es mi herramienta de trabajo. Respondo siempre a los clientes lo más rápido que puedo. Instagram, el blog, Facebook…. Whassap! Ese diablo!!! Pero un día, con mi bebé en brazos, me sentí asquerosa.
    Ahora no puedo evitar usar más de lo que quisiera, sigo considerando que es demasiado, pero con él, no móvil. Aún tengo que mejorar, pero voy desintoxicándome poco a poco, y el que no espere, pues lo siento.

    En una mesa con amigos, jamás lo uso. Ni en una fiesta. Ni en un bar. Ni en un viaje. No sé, me parece de mala educación. Y si tengo que responder, porque es un cliente, o algo urgente, pido disculpas y atiendo lo más rápido posible.

    Somos monstruos por esos cacharros. Me odio. Los odio. Y procuro ser educada aún con ellos de por medio.

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    1. Loren, tu caso es distinto. Eres autónoma, quizá lo que te haga llegar a fin de mes depende de que contestes un WhatsApp o no, pero también es cierto que no puedes esclavizarte por ello. No puedes trabajar 24*7 porque eso no es vida. La gente ha de comprender que eres una persona y que tienes vida, hijos y demás. Y el que no lo entiende, no merece un reportaje de tus estupendas manos. No te odies. Gracias a ellos consigues muchos trabajos que te permiten invertir las ganancias en tu peque. Eso es adorable y con lo que has de quedarte. Creo que eres educada, muy educada. Y honrada, muy honrada (eso no lo creo, eso lo sé). Con móvil, y sin él. Besitos

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  9. jajajjaja, yo dentro de mi inocencia, no sé si esto del móvil pegado es verdad o no. Pero si es metafórico, la verdad es que yo les he llegado a decir a mis alumnos que como sigan así, según la teoría de la evolución de Darwin, se les van a ir alargando los dedos, sobre todo el pulgar….y que el meñique quizá lo pierdan. Se lo toman a risa pero ya verás tú…sólo sobrevivirán aquellos que se adapten genéticamente al uso del móvil. Vaya, que yo moriré en breve.

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    1. No se te ocurrirá morirte Natalia! Tienes que estar pendiente para mi dedicatoria de los 200, y para eso aun queda! Era una metáfora, pero no te quito tu parte de razón en lo que dices. Al final la evolución hará que nuestras manos sean como las de la playmobil, de forma que podremos coger igual de bien los móviles, las tabletas y la tubos de cerveza… Besitos

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    1. Y no sabes lo bien que te sientes contigo mismo con eso! Antiguamente era así, el que quiera verme, que venga a casa. Y tan felices éramos! Muchas gracias por pasarte de nuevo y comentar Hélène. Besitos

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  10. eso de «Mírame a los ojos cuando te hablo» eso se ha acabado, ahora si quieres decir algo o lo haces por wasapp o no dices nada y sobre todo si son jóvenes. Pero lo que peor me sienta es que estés tomando café con dos o tres amigos estamos hablando y de repente te dejan con la palabra en la boca y se lían con los móviles dale que te pego. Es algo que no soporto para eso no quedes con nadie quedate en tu casa y listo, si total el efecto es el mismo.

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    1. Es el problema, Antonio. Ya no que lo hagan los jóvenes, ya no que cada vez estemos más enganchados, sino que no hagamos caso del de al lado por estar con el móvil, y no me refiero para trabajar. Yo de momento si quedo, quedo. Y lo demás puede esperar. Besitos

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  11. No creo que toda esta tecnología sea mala ni perjudicial, pero como en todo hay que tener un término medio a la hora de usarlo, pero seamos realistas los maleducados que te dejan con la palabra en la boca porque reciben un whatsapp o una llamada sin importancia serían igual de maleducados sin móvil.

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    1. En eso seguramente tienes razón, tejas. Pero el móvil aumenta exponencialmente las posibilidades de demostrar que lo son. Y por supuesto que no es mala. Gracias a ella llego a vosotros cada semana. Pero el uso. El abuso sí creo que es perjudicial y mucho. Besitos corazón

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  12. Muy buena entrada, me he reído mucho con… » la otra tuviera menos vergüenza que un gato en una matanza»… jajaja

    La verdad que cada día que pasa veo mas gente enganchada al móvil. Podemos estar un grupo de amigos sentados y todos están mirando el móvil… algo de lo que siempre me quejo porque como digo para eso se queda para vernos.. Pero hace no mucho leí otro articulo donde daba pie a reflexionar : cuanto hemos cambiado que ya ni por la calle nos fijamos en los detalles pequeños, en el sol que hace ese día o simplemente en lo que ocurre a nuestro lado porque solo miramos el móvil.

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    1. Cada día hay más gente enganchada y lo están por más tiempo. Y sigue en aumento… No me veo techo. Lo de quedar todos y estar con el móvil… Más barato sale el café en casa y hablar por el un grupo de WhatsApp. Así intercambiáis más frases y todo… Tienes razón en lo de la pequeños detalles. Con lo bonito que es mirar el paisaje, el amanecer, el entorno, y cruzarse con gente como tú y sonreír porque la ves sonreír… Un millón de sonrisas

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  13. Sinceramente? No lo sé. Cada vez se está perdiendo más y más la educación, y hasta el sentido innato del lenguaje por esos aparatitos multifunción y multicolor. Yo soy el primero que si me lo dejo en casa, no me pasa nada!

    Pero por otro lado, siempre que opero en ‘mi mundo’, tengo un PC, un portátil y un smartphone todos juntitos a mi vera y funcionando a la vez! De que bando me alío, sinceramente?

    Un abrazo 🙂

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    1. Bueno, supongo que depende del momento y la situación… Puedes tenemos todos a la vez y en uso, pero estás solo, en tu momento, quizá trabajando, y no molestas a nadie. Si estuvieras charlando en esas condiciones con alguien (si tuvieras oportunidad de hacerle caso, claro) sería más sangrante… Un abrazo

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  14. Siempre en vibración. Si son mensajes ni los miro y si son llamadas depende de quién. Si he de cogerlo siempre pidiendo perdón por hacerlo. Odio algunas de las escenas en lugares públicos en donde nadie habla y solo mira el teléfono. Así cada vez habrá menos comunicación en una sociedad que se dice intercomunicada. Buena noche.

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    1. Y lo peor de todo, corazón, es que vas a encontrar cada vez más frecuentemente eso que dices que odias. Es triste, pero tienes razón. Cuando más comunicados estamos, menos nos comunicamos… Triste paradoja. Besitos

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  15. Buena reflexión, muchas veces observar lo que pasa a nuestro alrededor nos permite analizar nuestros propios comportamientos, al menos a mí me pasa, y un montón de horas en una sala de espera dan para mucho… Yo también suelo llevar el móvil en vibración, e intento respetar ciertas situaciones, sin embargo, reconozco que si no lo tengo encima me entra cierta inseguridad, y me fastidia que me pase eso, pero no lo puedo evitar. Es horrible la dependencia que producen en nosotros estos cacharros, me pregunto ¿cómo era nuestra vida antes de que existieran? Seguramente había más conversación y observábamos más nuestro entorno. En fin, una vez más, los pros y los contras de las nuevas tecnologías.
    Por cierto, espero que estés recuperado.
    Un abrazo!

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    1. Gracias Nuria. Pues sigo de médicos, la verdad. Es un rollo estar malo… Lo peor es cuando observas comportamientos criticables en los demás y cuando lo analizas te das cuenta de que haces lo mismo o algo parecido… Pero bueno, hay mucha gente a la que le pasa, no puede vivir sin el móvil un solo día. Nos creamos demasiadas obligaciones con él, la verdad. Nuestra vida antes era más sana, nos veíamos más, hablábamos más, teníamos más cosas que contarnos (ahora todo se sube a redes sociales o se cuenta al instante) de toda la semana, y lo mejor es que quedábamos de un domingo a un viernes y no llegábamos tarde y sabíamos dónde era… En fin, un atraso. 😉 Besitos

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  16. Yo trabajo con adolescentes y quiero aportar un poco de esperanza! Cuando estamos jugando a algo juntos, o hablando en grupo o haciendo cualquier cosa, no lo prohíbo, sólo «les invito» a dejar el cacharrito. Ahora, entre ellos mismos se lo reprochan y me siento super orgullosa cuando eso ocurre. Por otra parte, tenía una amiga (véase el tiempo verbal) que me suplicó que la acompañara a un concierto, donde yo no pintaba nada y ella iba supuestamente por amistad con el músico, y ¡no levantó la cabeza en toda la noche! Eso era habitual en ella, y desde hace tiempo ya sólo hablamos por WhatsApp (no es broma). Ella se lo pierde, supongo…

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    1. Supones? Ella se lo pierde, seguro. Aunque claro, con ese historial, es la única forma de hablar con ella, por lo que veo! Me alegro mucho que aún haya adolescentes sobrios y con sentido de la responsabilidad. Por favor, no dejes que descarrilen, aunque sólo salga bien un grupo!! 😛 Besicos esperanzadores

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  17. Y cuando vas por la calle, ya ni te cuento! Todos mirando al móvil. No sé como no hay atropellos! Mi hermana y cuñado estuvieron hace poco en París, y por supuesto que se fueron al Louvre (mi cuñado es licenciado en Historia del Arte, así que era una visita más que obligatoria). Nos contaron que fue inmensamente absurdo y triste ver a un grupo de nipones que en vez de alzar la vista y admirar el original un buen rato, lo que hacían era: ver el titulo de la obra y verlo por el móvil/tablet, pasando del original. Dime tú si es que estamos locos o qué? No se puede vivir sin el cacharrito de marras? Cierto que yo lo necesito porque es mi medio de trabajo (gente que se apuntan a mis clases, mis alumnos que tienen dudas con la lección y la trabajamos por Whatsapp), así que no me queda otra que tener cerca el móvil para escucharlo… cerca, no pegado a la mano 😉 y cuando estoy con alguien, lo dejo en otra habitación 🙂

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    1. Tú eres una de las pocas personas que realmente lo necesita.
      Yo he escuchado a un señor en un supermercado preguntandole a su móvil si helado de chocolate o de frutilla. Cuesta dinero esa llamada.
      He visto a un joven cruzando la calle con semáforo en rojo mirando su celular.
      En nuestro microcentro escamotean muchos móviles todos los días. Por supuesto estoy en contra de esos vándalos que abusan de nuestros zombies móviladictos.

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    2. Lo de los japoneses no me sorprende, hacen cosas un tanto extrañas. Ellos están un nivel por encima en adicción a las nuevas tecnologías, yo creo. Pero lo que dices de la calle es totalmente cierto. La gente cruza sin mirar si viene algún vehículo porque no levanta la vista del móvil!! Que lo mismo están mirando por internet la situación del tráfico en esa calle, como los japoneses, vete a saber… Ya digo que por motivos laborales es perdonable, sobre todo si de ello depende que puedas llegar mejor a fin de mes. Besitos!

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  18. ¿En serio te sorprende?
    Somos adictos. Estamos enganchados. No podemos pasar más de cinco minutos sin mirar el móvil. No vaya a ser que en esos cinco minutos se haya programado una guerra mundial (si al menos fuese ese el motivo…).
    Nos perdemos demasiadas cosas por dejar nuestros ojos clavados en algo que no tiene importancia. Esperando un mensaje que quizá nunca llegue.

    ¡Me encantó!

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    1. Hola Nerea. Muchas gracias. Hace tiempo que no me sorprende casi nada, pero sí que si son familia (y se parecían mucho físicamente) no se miren a los ojos (bueno, una de ellas) o a la cara para hablarse. Es una pena que la gente quiera dedicarle tanto tiempo a gente que posiblemente nunca verá y no mantenga a los que están a su lado y pueden proporcionarle sonrisas, miradas cómplices, abrazos, besos o caricias. Muy triste, la verdad. Muchas gracias por seguirme, por leerme y comentar. Un abrazo atecnológico

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    1. Es lo paradójico. Dejamos a las personas que podemos tocar por otras que no podemos ver, oír ni tocar. Le quitamos la importancia a las que tenemos para dársela a otras a las que ni siquiera sabemos si importamos. En fin…

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  19. Yo confieso que uso mucho el movil, pero cuando estoy hablando con alguien, en una reunion, en misa, en eventos etc, procuro no sacarlo del bolso y dejarlo en silencio si es algún evento al que se que voy de ante mano. Si estoy esperando llamada, puedo decir: perdona,que espero llamada. Miro y si no es, lo dejo. Y tampoco me gusta sacarlo sobre la mesa en los bares y restaurantes, en el mio veo a diario como ocupan mas los móviles que los platos y es algo que odio.

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    1. Yo también lo uso mucho, sobre todo para leer, comentar y escribir el blog. Y a veces para llamar y para el WhatsApp… Es lo normal, que cuando vas a algún lugar o estás con alguien no se usar, al menos a destajo. Lo que no sé es por qué no es lo habitual hoy en día… Lo de dejarlo en la mesa yo no lo suelo hacer… Por si me lo roban. Je je je je. Besitos

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