La tecnología se está haciendo con el poder de las mentes de las personas a paso lento, pero seguro. Cada vez es mayor el número de ciudadanos que deambulan por la calle mirando hacia abajo, como buscando dinero en el suelo, pero sin llegar a ver apenas un palmo más allá de la posición de sus ojos. Todos van mirando su móvil, algunos con los cascos puestos, otros usándolo a dos manos, varios con un sólo dedo. El poder de las redes sociales y de los programas de mensajería instantánea hacen que cada minuto que se tiene de vida más allá de las obligaciones (e incluso entre ellas), se le dedique al móvil. ¿Por qué si no hay que recargar la batería varias veces al día? ¿Acaso dura poco? No. Si se deja el móvil en modo reposo, como hago cuando voy a un lugar sin cobertura de datos, aguanta todo un fin de semana realizando llamadas. El problema es el sobreuso que se le da a diario. Hace tiempo hablé de los móvildependientes. Pinchando aquí podéis llegar a la entrada en cuestión. Para los perezosos, la copio a continuación.
Desde que surgió, la tecnología nos ha proporcionado todo tipo de avances y comodidades. Sin embargo, desde mi humilde punto de vista también hay en ella muchos aspectos negativos. Uno que considero fundamental es la dependencia que nos generamos de ella. No es sólo que prácticamente cualquiera que tenga móvil no sepa vivir sin él, es también que se hace uso del mismo a la menor ocasión. Un corto trayecto en transporte público, la espera en una cola, incluso caminando por la calle.
Montones de personas deambulan absorbidas por el aparato que tienen en las manos, sin prestar atención a su alrededor. Son como zombies con un teléfono pegado al final de sus brazos. A veces lo pienso y yo mismo me incluyo en este grupo, porque aprovecho cualquier momento que tengo libre en un viaje, caminando solo o haciendo una cola para escribir las entradas del blog que leéis.
Sin embargo, no es mi rango de edad el que me preocupa. Ayer, una chica de ocho años vino a recoger su tarjeta de residencia. Para ello el sistema debe cotejar las huellas de quien la recibe. Durante los tres minutos que duró el proceso, la chica estuvo pegada al móvil hablando con alguien. Todo lo que hizo fue alternar de mano el aparato. Independientemente de que me resultase una falta de educación grave (por parte de la otra persona) estar dirigiéndome a alguien que no me estaba haciendo ni caso, me resultó llamativo que lo hizo una niña que no tenía ni la mitad de la mayoría de edad y bajo consentimiento de su madre que no le dijo nada. ¿Qué se puede esperar de esta muchacha cuando sea adulta? No sé dónde vamos a llegar, pero el camino que llevamos creo que no es el adecuado.
A mí me pone muy triste ver a bebés y niños pequeños pidiendo atención sin obtenerla u obteniendo atención de baja calidad porque su padre o madre está pegado al móvil. Cuando sean adolescentes y sus padres quieran diálogo, tal vez lo obtengan por whatsapp 😦
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No te imaginas la cantidad de padres que hay en los parques pendientes del móvil en vez de sus hijos… Eso a mí me da una mala leche…
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No me lo imagino, lo veo y me da unas ganas de gritarle: ¡Haz caso a tu hijo! ¡El sí merece tus atenciones y no tu p(…) móvil.
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Martes, tú diciendo tacos! Este tema te enfada… No te lo imaginas? Supongo que por tu zona será igual, la tontuna es universal. Date un día un paseo por algún parque y te enfadas de verdad…
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¡No, no! Martes de cuento jamás dice tacos, es su alter ego quien los dice 😀 😀 😀 😀 , ¡a montones! Según ella, la riqueza de la lengua se debe explotar al máximo, incluyendo los tacos, que confieren colorido e intensidad a cualquier idea hecha palabra 😀 😀 😀
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Je je, vaya mezcla más buena tiene martes!
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😀 😀 😀 a veces es como un cóctel explosivo
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No se habla, no de dialoga, no se mira alrededor. Mayor tecnología pero el ser humano cada día está más solo, podrá ver lo que hay al otro lado del mundo pero ignora lo que pasa a su lado. Ese contacto verbal que nos diferencia de los androides y ésa inexpresividad para contagiar sentimientos. Buen día
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Eso es verdad. En el tren nadie sabe qué le pasa al vecino, porque todos están mirando su móvil o tableta. Es un poco triste.
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muchas verdades en esta entrada Oscar…
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El problema es que haya tantas verdades…
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