La corrupción del impago

Estamos en período electoral, y se nota. En esta época es cuando más se habla de política, imagino que en parte porque los medios de comunicación le dedican más tiempo. Hay algo que me llama extrañamente la atención, y es acerca de lo que escucho de unos y otros partidos políticos. Que si los rojos roban, que si los azules son corruptos, que si los morados también defraudan… Entre tanto escándalo de color, parece que los únicos que parecen salvarse son Los Verdes.

Los Verdes… ¿quién no los recuerda? En todas las elecciones tenían su montón de papeletas, siempre con una alineación perfecta de todas ellas. Yo cuando iba con mis padres a que votaran siempre pensaba: «¿Por qué no cogen el papelito de ese montón (el de los verdes), que es el más grande?«. ¡Siempre se iban a uno más pequeño!

Durante varios años pensé que ese partido político tenía que ser el mejor y el más votado con diferencia, porque siempre tenía más papeletas que ningún otro. Si tenía tantas era porque mucha más gente cogía y necesitaba tener más que el resto. Lo que no entendía era que si lo elegían más que a los demás, ¿por qué nunca ganaba? Hasta que comprendí que si tenía muchas era precisamente porque casi nadie las cogía. Lo que no sé es cómo una formación política ha podido durar tanto tiempo con tan poco apoyo ciudadano.

Volviendo a lo que nos atañe, a veces me quedo sorprendido con las conversaciones que presencio acerca de si unos u otros se llevan dinero que no les corresponde. ¿Acaso hay alguien que dude de que será siempre así? Muchas veces me lo he planteado, y llego a la misma conclusión: no roba quién quiere, sino quién puede. Doy por supuesto que todo el mundo quiere, pero que es algo que no queda al alcance de cualquier persona. En función de las posibilidades de cada uno, así es el destrozo ocasionado en el bolsillo ajeno. Me sorprende la cantidad de gente que se va sin pagar de los sitios y se queda como si fuera lo más normal del mundo, como si la cosa no fuera con ellos.

Cuando hacía carnés, no eran pocos los que se querían marchar sin abonar la tasa (algunos incluso lo conseguían), a pesar de que yo la solicitaba varias veces. Además, algunos encima me mentían si les descubría, aunque la mayor parte de estos ciudadanos simplemente se hacían los locos. En estas condiciones, ¿qué podemos esperar? Lógicamente los políticos, si tienen la posibilidad de llevarse más dinero por su posición, la cantidad cogida sin fecha de devolución será mayor. Si cualquier persona que tiene opciones de llevarse dinero lo hace. Obviamente, cuantos más medios hay, más se llevan.

Algo que hemos comentado tanto en la oficina del DNI como en la de mi actual trabajo es que en España hay mucha picaresca. Pero yo no lo tengo tan claro. ¿En qué punto deja de ser picaresca para ser corruptela o estafa? Ambas están separadas por una línea tan fina, que no sé qué acciones forman parte de una o de otra. Siendo sinceros, ¿quién no se ha ido alguna vez de un sitio sin pagar algo? ¿Quién no se ha ido alguna vez de un lugar con vueltas de más? Todos somos iguales, es la condición del ser humano español. Cada uno lo hace en la medida de sus posibilidades. Y quien esté libre de pecado, que haga el primer comentario al respecto.


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13 comentarios en “La corrupción del impago

  1. De lo malo, al menos te llevabas comida… Además eso casi que no cuenta porque podría considerarse pago en especies, o una «paga extra» (roñosa, eso sí), o el equivalente a los tickets restaurante. No se lo quitabas a un total desconocido que no tenía relación contigo. Como el que se lleva material de oficina a casa… del mal el menos, jeje.

    Gracias por leerme y por comentar, Paloma!!

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  2. Una vez me dijeron que el hombre es de derechas por naturaleza, pero que la imposibilidad de ser rico le vuelve de izquierdas.
    Pues creo que por ahí van los tiros, cada uno coge lo que puede y critica al resto.
    Como anécdota te cuento, algún sábado, mis hijos y yo íbamos a buscar a su padre y un día mi hija le dijo al papá que si el no se traía a casa dinero del cajón, que el padre de su amiga había hecho el baño nuevo con los baldosines que sobraban en la obra. Que el debería llevarse el dinero que sobraba (bancario). Pues eso, lo que sobra.

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  3. Jajaja, pobre. La inocencia de los niños es lo que tiene. El vecino llevándose un montón de cosas «sobrantes» y su pobre padre sin enterarse de que había excedente de cosas… Ahora que bien lista era, ella iba directamente a por dinero, nada de baldosines…

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    1. Es que robar a un ladrón te da cien años de perdón!! 😉 El problema es cuando se hace en pequeños establecimientos de barrio, donde el dueño es el que tiene que llegar a fin de mes, y donde se equivocan, como en todos sitios. Si es a favor del establecimiento, enseguida se le dice. Si es a favor del cliente, se produce un silencio hasta que hay una distancia prudencial. Y es entonces cuando se comenta… Gracias, Xabier, por venir, por seguirme y por comentar! Un abrazo

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      1. Sí. Aquí en Cataluña tenemos a Enric Durán que lleva años luchando por la causa social, y robando-expropiando bancos.(Eric Cantoná intento algo parecido con lo de la huelga a los bancos, aquí se llamó vagabancs) El Jordi Évole no hizo un buen programa con él, lastima. No somos conscientes de que el poder realmente es nuestro… así seguimos, sumisos, esclavos…

        Gracias a ti por pasarte por mi blog, y comentar.

        Un abrazo

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